un.

1.2K 61 22
                                    

H o l l y.

-Holly, tienes una carta. -gritó mi madre desde el piso de abajo.

-Ahora bajo y la miro, mamá. -dije mientras me levantaba de la cama.

Me recogí el pelo en una coleta y sustituí mi pijama por unos leggins negros y una sudadera.

Bajé las escaleras de dos en dos saltando y aparecí en la cocina dando un susto a mi madre.

-Buenos días. -besé su mejilla-. ¿Dónde está la carta esa?

-Encima de la mesa. Tráela y desayuna. -ordenó.

La cogí y me senté a desayunar.

-Cómo quiere la leche señorita, ¿fría o caliente? -me preguntó Lilly, la doncella.

-Caliente, por favor. -sonreí y se fue a hacer su trabajo.

-Vamos, ábrela. -me insistió mi madre.

Comencé a abrirla y era de la Universidad de Oxford.

-Es de Oxford. -la miré y me miraba con los ojos como platos, al igual que Lilly. Había estado esperando esta carta casi dos meses, ojalá me hayan aceptado.

Saqué el papel del gran sobre con cuidado y comencé a leer...

-¿Y... bien?

-Me han... -tragué saliva antes de abrirla, y cuandp lo hice casi me quedo sin respiración.

-¿Te han qué Holly? -gritó mi madre.

-¡Me han concedido la beca! -Inmediatamente me lancé a sus brazos con algunas lágrimas en los ojos, no me lo podía creer.

-¡Me alegro muchísimo por tí cariño, de verdad! -me dijo mientras me seguía abrazando.

-Enhorabuena señorita. -dijo Lilly sonriendo.

-Gracias. -me limpié las lágrimas de los ojos y suspiré, lo había conseguido-. Bien, pero hay un pequeño problema. -mi madre me miró dudosa.

-¿Cuál?

-No tengo dónde alojarme. -me senté en la mesa y comencé a comerme mi desayuno.

-Eso no es problema cielo, te compraremos un piso allí. -dijo mi madre sin darle mucha importancia.

-Pero... en la Universidad se supone que tienes habitación inerna, ¿no? -interrumpió Lilly.

-Tiene razón, mamá. -rodó los ojos.

-Prefiero que tengas tu propio piso seguro. -dijo seria. Conocía a mi madre, y por ese tono sabía que no sería fácil hacer que cambase de opinión.

-No te preocupes por nada mamá, soy responsable, iré interna. -mi madre volvió a negar con la cabeza.

-Quiero que tengas tu propia casa allí Holly. Es lo mejor. -suspiré.

-Me lo tengo que pensar. -comí mi último trozo y le di las gracias a Lilly, para después subir corriendo a mi habitacón y encerrarme, como de costumbre.

Era sábado y quedaba una semana de Instituto, ya había acabado los exámenes, sólo me quedaba graduarme por fin.

Encendí el ordenador y me puse a escribir. Estaba haciendo una especie de diario, como una novela pero siendo la protagonista de mi propia historia. Escribir me relaja, es de las pocas cosas que lo hacen; si sólo me pudiese llevar tres cosas a una isla desierta, serían sin duda mi iPhone, papel y lápiz.

* * *

-Mamá en serio no quiero ir a esa estúpida fiesta. -dije sentándome en la cama algo molesta.

Schäger. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora