Schäger. ©

dix.

L i s a.

Vi a Roxan salir de la habitación de Holly, parecía algo angustiada.

-¿Ha pasado algo?-la pregunté, aunque sabía perfectamente lo que ocurría.

-Es Holly, necesita estar sola.-asentí.-Vendré luego si me necesita.

-Gracias Roxan. Sabes que siempre eres bienvenida.-la dediqué una sonrisa y se fue.

Pensé en subir arriba a ver como estaba mi hija, pero yo sabía mejor que nadie que eso no era buena idea.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo, algo iba mal.

Justo como planee, Barlow apareció.

-¿Qué le pasa a Holly?-preguntó de inmediato nada más aparecer.

-Mal de amores.-dije suspirando.-Hola a ti también.-besé sus labios.

-Lo siento cielo, pero traigo malas noticias. El clan de Baster ha tenido problemas con unos licántropos de su zona.

-¿Por qué? ¿Qué ha pasado?

-Uno de los vampiros novatos ha sobrepasado los límites, entrando en zona prohibida para cazar, y los licántropos lo han atrapado.-tapé mi boca.

-¿Jeremy? ¿A sido Jeremy?-asintió.-¿Le han matado?-sollocé y fui capturada por sus brazos, que me apretaban sobre su fuerte pecho.

-Nos necesitan, por eso he venido.-me sequé las lágrimas.

-Holly no está preparada, aún no.-le informé.

-Lo sé, tendrá que quedarse aquí encerrada hasta entonces.-me soné la nariz con un-pañuelo.-Subiré a hablar con ella.

-No es un buen momento Barlow.-enarcó una ceja.

-Es urgente, lo entenderá.-asentí.

-Está bien. Procura ser suave, está teniendo unos días muy duros.

-Lisa, soy su padre, sé cómo lo ha estado pasando, y sé como tratarla.-no dijo nada más y en un abrir y cerrar de ojos se desvaneció.

H o l l y.

Roxan ya se había ido después de calmarme un poco, así que decidí darme una ducha. Pero alguien entró en mi habitación antes de que comenzase a desvestirme.

-¿Papá?-me acerqué a él y le abracé.

-Hola hija--sonrió y vi sus enormes colmillos sobresalientes.

-¿Qué ha pasado? ¿Por qué estás aquí?-agachó la cabeza.

-El clan de Baster ha tenido un pequeño incidente con unos licántropos, ya sabes. No es nada grave, pero tu madre y yo tendremos que ir a ayudarlos por unos días, no sé exactamente cuantos.-abrí mis ojos como platos.

-¿El clan de Baster?-me atraganté.-Pero están todos bien, ¿no?-me miró y supe que no era así.

-Jeremy entró en zona prohibida para cazar, y ellos...

-Lo mataron.-escupí.-Malditos hijos de puta, ¡Jeremy era apenas un niño!-grité.-Mierda.

-Lo sé Holly, pero ya sabes lo que pasa en estos casos, la piedad aquí no existe.-tragué saliva.

-Voy a ir.-negó.

-No estás preparada Holly, no podemos correr ese riesgo.-dijo firme.

-Pero quiero ayud...

-He dicho que no, te quedarás aquí, y no podrás salir de casa. Pondremos el sistema de seguridad. Ya sabes como funciona esto, hasta que no volvamos, nadie podrá saber que tu estas aquí, ¿has entendido?-asentí furiosa.

-¿Y que haré aquí sola yo que sé cuantos días?

-Eso ya es cosa tuya.-bufé.-Sabes que esto lo hacemos por tu propia seguridad. Por favor, entiéndelo.-suspiré. Sabía que lo hacían para protegerme, pero odiaba quedarme encerrada en casa por días. No es la primera vez que pasa esto.

-Vale, me quedaré aquí. Pero si no tengo noticias vuestras en dos días, saldré a buscaros.

-Holly...

-No, papá. Lo haré, sabes que lo haré, así que más os vale volver pronto.-ahora era él el que gruñía.

-Joder Holly.-resopló unas cuantas veces antes de decir nada.-Está bien, pero hasta entonces te mantendrás aquí encerrada. Si ocurre cualquier cosa, ya sabes como debes actuar, pero no vengas hacia nosotros, ¿de acuerdo?

-De acuerdo.

-Así me gusta, ahora ven y da un abrazo a tu viejo.-corrí de nuevo hacia él y le abracé con todas mis fuerzas. Su pecho era duro como una roca, el tenía muchísimos más años incluso que mi madre y yo juntas. Sus habilidades de vampiro eran expertas y su rapidez y fuerza eran increíbles, por eso es el príncipe de nuestro clan.

-Vuelve pronto.-susurré.

-No lo dudes.

Se despegó de mi y bajó a despedirse de mi madre. Al segundo ella subió, y supe que también se despediría.

-Holly, ya sabes lo que tienes que hacer, activaré el sistema de seguridad y me iré con tu padre, pase lo que pase, por favor no salgas de aquí.-besó mi frente. Sólo asentí, y bajó al piso de abajo.

Me desvestí y el sistema de seguridad se activó, bajando las compuertas en todas las ventanas y puertas de la mansión, dejándome así completamente a oscuras y protegida del exterior.

Me introduje en la bañera previamente llenada de agua caliente y sales, y puse música suave de piano en mi iPhone.

Ahora sólo podía esperar y practicar mis habilidades mientras estaba aquí sola.

Cuando un clan cercano era atacado, los demás estábamos "obligados" por así decirlo a ayudarles. Todos los clanes de una zona constituíamos una especie de familia, y nos ayudábamos entre nosotros. Casi siempre los conflictos eran causados por vampiros novatos que aún no sabían los límites de caza de cada zona, y era algo muy peligroso. Dependiendo de qué límite sobrepases, entras en una zona u otra, ya podían ser licántropos -hombres lobo- o brujas entre otros; en este caso, eran más peligrosos los licántropos, ya que son más veloces y violentos.

Cada clan luchaba por su zona, pero para ello había que pasar por muchas cosas antes; entre ellas una guerra intensa entre los dos bandos, lo que la mayoría de las veces causaba la muerte de alguno. Triste pero así era nuestra tradición. Aquí no existía la piedad de ningún tipo, si tenías que matar, lo hacías.

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