¿Qué querría mi padre ahora? Era raro que me llamase él, dadas las circunstancias.
Lo cogí y escuché su respiración bastante agitada.
-¿Holly?-preguntó asustado desde el otro lado de la línea.
-¿Sí papá? ¿Estás bien?
-Sí, yo estoy bien, pero el clan de Baster a sido atacado de nuevo. Y esta vez ha habido más afectados que la última vez.-tragué saliva. Se suponía que el mi clan estaba ahí para ayudarles, no para empeorarlo todo. Algo andaba mal, muy mal.
-¿Cuántos?-pregunté refiriéndome al número de vampiros muertos.
-14.-dijo con la voz pesada. Estaba rabioso. Le conocía lo suficiente como para saberlo.
-Mierda, ¿14?-casi grité-papá, dime la verdad, ¿son sólo licántropos?
-Sí, Holly. Pero son muchos, nos triplican.
-Papá...
-Es la verdad Holly.-sabía que me seguía ocultando algo.
-El otro día vino Emmett, y no precisamente para tomar café.-dije con seguridad. Ahora o bien me contaba todo lo que estaba pasando, o me montaba el pollo del siglo.
-¡¿Qué, qué?!-en efecto, estaba cabreado-¿Cómo que Emmett? ¿Por qué? ¿Te hizo algo?
-No papá, más bien me protegió.-carraspeó.
-¿De qué?
-De un puto caza vampiros. Sí no llega a aparecer él minutos antes, probablemente hubiese muerto, y todo por quedarme en esta estúpida casa sin ninguna protección. Debería haber ido con vosotros, como bien os dije.-las palabras salían de mi boca como balas. No podía controlarlo, simplemente me salía así.
-Claro, y dejar que te maten aquí 200 caza vampiros, ¿no? ¿Esa es tu idea?-¿200? ¿Tantos eran?
-Dijiste que sólo eran licántropos.-gruñí. Esto era muy serio.
-Holly, no quiero hablar de esto. Sólo escúchame por favor.-pidió.
-No, me vas a escuchar tu a mi. Estoy harta de que no me digáis las cosas. Soy bastante mayorcita como para tener mis responsabilidades, sean arriesgadas o no arriesgadas. Pensar un poco, sí no me arriesgo ahora, seré un vampiro muerto cuando alguien me ataque. Tengo que saber defenderme, aprender, y para eso necesito que me dejéis libertad. Sólo quiero libertad y poder entrenarme mejor, dar todo de mi-respiré hondo-Papá, dame una oportunidad. No te pido más.-rogué y escuché la respiración entrecortada de mi padre.
-Holly, hablaremos de eso en otro momento. Por favor, se me acaba el tiempo-¿qué tiempo? ¿Qué estaba pasando?-Escúchame, tienes que salir de casa ahora mismo. Van hacia allí.-soltó de golpe y casi se me para el corazón.
No. Mierda, mierda y más mierda. No joder, no ahora.
Colgué sin pensármelo dos veces y recogí lo imprescindible en una mochila, y después cogí mi teléfono. Y justo en ese momento se abrió la puerta de la entrada.
-¿Holly? ¿Sigues aquí?-preguntó Edward.
-Joder, Edward.-susurré y se me congeló la sangre.
Me había olvidado completamente de él. No podía dejarle aquí sólo y menos en su casa. Ellos están demasiado cerca, sabrían que él a estado conmigo y lo más seguro es que le maten. Y eso es lo último que quería.
-Edward, nos tenemos que ir.-dije bajando las escaleras apresuradamente.
-¿A dónde?-preguntó desubicado.
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Schäger. ©
VampireEnamorarme de ti o entregarte la capacidad de destruirme, como quieras llamarlo. ➸ vampiros. 3 febrero 2015: #72 in vampiros. 18 julio 2015: #152 in vampiros. 5 septiembre 2015: #465 in vampiros. 6 noviembre 2015: #752 in vampiros. 7 noviembre 2015...