-¿Qué ocurre Aemond, el hechizo de la bruja ya se rompió? -pregunta Aro Velaryon con burla, el príncipe le había roto el labio, todo el lado izquierdo de su rostro estaba golpeado, pero aún así había sacado fuerzas para burlarse del Targaryen.
-¿Cómo sabes eso? -Aemond retrocedió de golpe, había dejado de golpearlo cuando el Velaryon mencionó a Alys.
-¿Nunca te has preguntado cómo la bruja te hechizó? -Aro escupió un diente. - ¿Qué pensarías si te dijera que tú y Lucerys están destinados a estar juntos?
-Pensaría que noto cierta envidia en ese tono. -el Tuerto mantuvo su expresión rígida.
-Es en serio Aemond, la bruja me lo contó. Existe una antigua profecía que habla de como dos príncipes con un amor prohibido evitarán la guerra entre las dos ramas de su familia. Uno de ellos porta el nombre del fuego y un zafiro en su ojo, el otro fue bendecido con el nombre del mar, aunque no con su sangre ¿Te suena de algo? -preguntó el Velaryon poniéndose en pie.
-Me suena que tengo frente a mí a un hombre desesperado, con un pésimo talento para la poesía. -el Príncipe desenvainó su espada. - Suponiendo que me crea esa patraña ¿Qué tiene que ver eso con Alys?
-La bruja quería a uno de los dos príncipes, -explica Aro. -no podía tener a los dos, porque en el momento que se vieran mutuamente el hechizo se rompería. Tenía que elegir a uno, Lucerys era más pequeño, y por lo tanto más manipulable, pero tú eras más fuerte, y en su opinión más atractivo, aunque yo nunca he estado de acuerdo con eso último.
-Estás mintiendo. -Aemond analizó la historia, contrastando su versión con la información que había acumulado en sus viajes. - Para hacer lo que describes necesitarías la sangre de Lucerys. Mucha.
-Ya veo que fuiste bien informado, -la sonrisa hipócrita de Aro Velaryon se extendió aún más. -recuerdas cuando Lucerys se enfermó, los Maestres lo sangraron, Alys ayudó durante esas intervenciones y luego te conoció a ti. La muy estúpida se enamoró en cuanto te vio.
-Cada vez siento más envidia hacia mi persona. -la molestia había desaparecido del rostro de Aemond, era infantil, pero saber que provocaba tantas emociones negativas en el Velaryon lo hacía sentir plenamente realizado.
-No se que vio ella en ti, no se que es lo que todos ven en ti. No eres nada más que un tuerto presumido, arrogante. - lo señala con desprecio. -no tienes nada Aemond.
-Al contrario. -se burla el Targaryen. -yo lo tengo todo y resulta evidente que deseas quitármelo, pero me resulta curioso que dijeras "ella" -Aemond meditó sobre el asunto. -déjame adivinar, solo te acercas a Lucerys para vengarte de mí ¿No?
-¡No seas tan presumido! -grita el Velaryon molesto. -Mis sentimientos son sinceros, no siempre fue así, pero lo es ahora. No importa, Luke solo me ve como su amigo.
-Te ve como su sirviente querrás decir. -atacó el Targaryen, no le hizo ninguna gracia escuchar a Aro llamar a Lucerys de una forma tan informal.
- me resulta enfermizo que admitas que sientes atracción hacia él. Lucerys es sólo un niño.-¿Sólo un niño? -pregunta el Velaryon con sorna. -Tiene catorce años Aemond ¿A que edad perdiste tú la virginidad?
-Eso no es importante, -el Targaryen intentaba sonar relajado, pero su tono dejaba claro lo molesto que estaba. -Lucerys tiene 14, tú tienes 21, no se desde que edad te fijaste en él, por tu bien, espero que no desde hace mucho, pero no tenías que inventarte esa ridícula historia para justificarte.
-Por supuesto que fue hace poco imbécil, no soy ningún pervertido. -protestó el Velaryon. - y no me inventé nada. Todo ocurrió como te lo he contado.
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Amores y Dragones
FanfictionLucerys Velaryon y Aemond Targaryen han nacido para odiarse, desde la primera vez que se vieron tuvieron claro que su destino era luchar hasta que uno de los dos dejara este mundo, entonces ¿Qué ocurre? ¿Podrá este inocente amor evitar la Danza de D...