—Huyó ¿Qué se supone que significa eso?
Las personas a menudo tienen problemas para asimilar aquello que no se esperan, y Lucerys Velaryon no era la excepción a esa regla. La desaparición de su hermano no tenía sentido. Decían que había huido, pero esa posibilidad ni siquiera podía ser contemplada. Secuestro... tal vez, ¿Aegon lo había secuestrado? No parecía probable dada la carta que dejó.
"Lo siento."
Era lo único que decía ¿En serio? Eso era todo lo que tenía que decirle, después de huir dejándolo con todas sus responsabilidades. Su compromiso con la casa Velaryon, sus relaciones con el Norte, el trono mismo. Sin Jacaerys, el trono pasaría a Joffrey si Lucerys lo rechazaba. Su hermano menor escupió sobre Daeron la bebida que estaba bebiendo cuando le dieron la noticia.
"Ni siquiera se quedó a mi boda."
Eso era lo que más le dolía, eso y la incertidumbre, pues por mucho que lo pensara, el Velaryon no entendía que pudo haber llevado a su hermano a actuar de esa forma.
—Debemos encontrarlo. —le dijo al consejo.
—¿Debemos..? —Daemon arqueo una ceja. —Seguro, pero la pregunta es ¿Querrá ser encontrado? Creo que Jacaerys en este momento estará muy feliz sobrevolando el Mar Angosto con su querido tío Aegon.
—¿Tú crees que..? — Lucerys abrió los ojos como platos. —¿Mi hermano...con Aegon? — el Velaryon sacudió la cabeza. — Tío ¿Estas ebrio?
—¿Por qué te sorprendes tanto? Tú pensabas hacer lo mismo. No debería sorprenderte que tu hermano compartiera parte de tus aficiones.
—¡¡Daemon!! — Lo regaña la reina.
—Esto es una pérdida de tiempo, — se queja el rey consorte. —todas las grandes casas están reunidas aquí, cada rumor es más escandaloso que el siguiente. Debemos aprovechar la ocasión para anunciar al siguiente heredero al Trono de Hierro. Si Lucerys no quiere el puesto, Joffrey es el siguiente en la línea, si él tampoco lo quiere, el siguiente es Aegon.
—Cuidado majestad, las malas lenguas podrían pensar que intentáis lograr que vuestra propia sangre ciña la corona. —Rhaenys utilizó un tono calmado al decir aquello, pero sus palabras tensaron a todos los presentes en la Cámara del Consejo. Se dieron cuenta de que el tercer hijo de Rhaenyra era lo único que se interponía entre el trono y la estirpe de Daemon Tragaryen.
—Solo lo estoy señalando porque sería más problemático que Joffrey también huyera en el futuro. Sin un heredero claro, corremos el peligro de que estalle otra guerra en el futuro.
—Ese peligro ya existe. — interviene lord Corlys. — Joffrey es el tercer hijo, y la reina tiene tres hermanos hombres, que Jacaerys y Aegon recorran el mundo engendrando bastardos por todo Essos ya es bastante grave, pero Lucerys y Aemond pretenden partir también ¿Alguno de los presentes entiendo la crisis por la sucesión que esto podría provocar? Los tres hijos de Aegon deben ser comprometidos de inmediato, la pequeña con uno de los hijos de Daemon, y los varones con jóvenes nobles, pero modestas, así no existirá el peligro de que se levanten en armas en el futuro. Si Joffrey será el heredero, debemos casarlo de inmediato, una boda que nos permita fomentar una alianza para garantizar su sucesión. Las mejores candidatas serían, las jóvenes Baratheon, las Lannister, la joven princesa de Dorne, o...
—O una de tus nietas, no pienses que por mencionarlas al final no vamos a notarlo. —Daemon choca involuntariamente el dedo contra la mesa repetidas veces.
—¿Estoy equivocado acaso? — la Serpiente Marina lo reta. —Tu padre y el de Rhaenys eran inseparables, pero eso no nos impidió enfrentarnos cuando ambos murieron. VIserys decidió que su hija sería reina, pero cuando nos dejó no pudimos evitar que los dragones danzaran y que la mitad del continente apoyara a Aegon. Sé que Jacaerys nunca haría nada para lastimar a sus hermanos, pero ¿Puedes estar seguro de que sus hijos no intentarán reclamar el trono? ¿Podemos estar seguros de que no intentarán levantarse contra nuestros nietos una vez que ya no estemos? Solo hay una respuesta para esa pregunta, y todos sabemos cual es.
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Amores y Dragones
FanfictionLucerys Velaryon y Aemond Targaryen han nacido para odiarse, desde la primera vez que se vieron tuvieron claro que su destino era luchar hasta que uno de los dos dejara este mundo, entonces ¿Qué ocurre? ¿Podrá este inocente amor evitar la Danza de D...