Cap18: Antes del Incendio

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Jacaerys Velaryon yacía fuera de la habitación conjunta de su hermano y Aemond Targaryen, donde los gemidos de placer de ambos se podían escuchar claramente. Pero los gemelos Cargyll permanecían firmes en la puerta como si de dos estatuas sordas se tratase.

"La guardia real jura guardar los secretos de la familia real."

Aunque tal secreto no existía, toda la corte era consciente de la relación entre ambos príncipes. Los gemelos no eran la excepción, pero guardaban silencio respetuosamente. 

Con la toma de la capital, Daemon había sugerido deshacerse de ser Arryk, así como de ser Rickard Thorne y ser Willis Fell, los dos guardias que habían decidido permanecer leales al usurpador, pero Rhaenyra ya había perdido a ser Steffon Darklyn a causa de la cosecha roja, cuando Bruma lo había carbonizado, y ser Harrold hablo en defensa de ambos, por lo que se decidió que se les permitiría conservar su capa blanca. Sin embargo, quedaban relevados a velar por la seguridad de Helaena y de sus hijos.

En cuanto a ser Arryk, había suplicado ser puesto al servicio de Lucerys, pues era el quien le había perdonado la vida, mientras que ser Erryk había realizado el mismo pedido, ya que el joven príncipe le había salvado la vida de su hermano, por lo que ambos eran ahora sus espadas juradas.

-Podrían "por favor" recordarle a mi hermano que los estamos esperando en la sala del consejo.- pidió con paciencia Jacaerys Velaryon.

-Perdónenos Alteza, pero el príncipe Aemond amenazó con arrancarnos los ojos si volvíamos a ver desnudo a su hermano. Hasta que ambos... terminen, no se nos permite ingresar a su habitación.- le informa uno de los gemelos, Jacaerys no estaba seguro de cuál.

-Creo que ya han terminado. -Señala el príncipe heredero, al escuchar como los sonidos llegan a su final luego de un estrepitoso gemido de placer.

Uno de los guardias entra en la habitación, y su hermano apareció no mucho tiempo después. Acompañado de Aemond por supuesto.

-Perdón por la demora.- decía Lucerys mientras terminaba de ajustarse su capa.

- Deberías ser más discreto,- lo regaña Jacaerys, luego de lanzarle una mirada asesina al tuerto.

- No tiene importancia Jace, pronto nos marcharemos, solo falta que Daeron se rinda y esta guerra habrá terminado.- la caída de la capital había tenido lugar hace 3 semanas, se habían enviado cuervos hacia Bastión de Tormentas, Altojardín, Roca Casterly y Antigua para aceptar su rendición. El usurpador estaba gravemente herido, y se había emitido un comunicado formal informando que Rhaenyra había aceptado su rendición. Sus hijos estaban bajo custodia, al igual que su esposa y su hermano Aemond, por lo que los Verses ya no tenían ningún argumento válido para mantener su guerra. Lucerys esperaba que acudieran a Desembarco del Rey para rendirle pleitesía a su madre y reconocerla como reina, lo cual solo significaba una cosa. Él y Aemond pronto se marcharían a disfrutar de su amor libremente por el mundo.

-No tendrían que irse, nadie los está echando.- protesta Jacaerys, quien sabía lo mucho que sentiría la ausencia de su hermano menor.

-Es mejor así Jace, pero no te preocupes, los visitaremos de vez en cuando.- sonrió Lucerys, depositando su mano sobre el hombre de su hermano.

Sin embargo, el fin de la guerra no estaba tan próximo como se esperaba, una vez en la cámara del pequeño consejo, se les informó que, en el Oste, Lady Johanna aceptó todas las condiciones del Trono de Hierro, y prometió acudir en persona a Desembarco del Rey a rendir pleitesía a la nueva reina en su coronación, así como llevar a dos de sus hijas a la Fortaleza Roja como acompañantes de la nueva reina (y como rehenes que garantizasen la lealtad en el futuro). También aceptó devolver la parte del tesoro real que había enviado Tyland Lannister en custodia al oeste. 

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