DESTINO (Aladdin X Tú) ヅ [VERSIÓN MODO ALGO SERIA]

۞ Capítulo 3: En medio del bien y el mal

El recuerdo de aquella chica era curiosamente persistente. De forma inconsciente, solo él sabía que no estaba dando lo mejor de sí como en ocasiones previo a conocerla. Si antes se agotaba a los diez segundos tras una ronda de ejercicios, ahora se agotaba a los cinco segundos; y solo él podía notarlo.

— ¡Vamos! ¡50 abdominales, 46 flexiones y carrera a la cima de la torre! ¡Tienen 5 minutos! —Ordenó la profesora Myers.

¿Cómo podría desconcentrarse de esa forma por algo así de trivial? Se preguntaba Aladdin empezando a impacientarse; a un lado, sus conocidos igual de agotados no podían apartar la mirada del tremendo teatro mental que Aladdin parecía tener dentro de sus pensamientos; jurarían ver un foco iluminándolo desde los cielos.

Varios estudiantes ya se habían rendido ante los ejercicios físicos, Aladdin siempre se preguntó por qué carecían de la motivación para continuar y se enorgullecía de su propia motivación al observar desde su posición más inferior, tendido en el suelo, a su voluptuosa profesora Myers. Pero ahora... ahora....

— ¡¡Alguien córteme la cabeza en dos y arregle mi cerebro!! ¡Se los ruego! —Se lamentó Aladdin trágicamente mientras golpeaba su cabeza contra el suelo.

"¡¿ALADDIN?!" Exclamaron todos sus compañeros con perturbación.

— ¡Concéntrate enano! —Regañó Myers rozándolo con el azote de su látigo trueno. Acto que espantó de tal forma a Aladdin quién inmediatamente dejó de autolesionarse.

Bien estaba escrito que pronto recibiría tremendo sermón por su comportamiento, pero Aladdin esperaba que esto fuera a hacerlo reaccionar. Sin embargo, no pasó mucho antes de que otro profesor se acercara a escena para dar un comunicado a la profesora Myers.

Entre susurros, ambos profesores finalmente llegaron a un consenso. Myers dio unas pocas indicaciones a clase y se retiró ligeramente apresurada junto a tal profesor; ambos, luciendo serios al respecto de lo que fuese el tema de conversación.

Por fin, Sphintus se acercó totalmente contrariado al adolorido Aladdin: — ¡¿Enloqueciste?!

Pero el hechicero ni se inmuta, y en lugar de responder, sus manos tocaban su propio pecho en busca de un algo que parecía inexistente en algún pensamiento o imaginación de su mente la cuál divagaba y lo alejaba de la realidad.

— ¡Aladdin! —Llamó la atención Sphintus dándole un coscorrón en la cabeza, acto que lo trajo devuelta al mundo—. Oye, por favor no pierdas la conexión y concéntrate. Olvidemos tu ataque psicótico de antes y enfoquémonos en las últimas noticias ¿de acuerdo?

— ¿Qué noticias?

— ¿Cómo que "qué noticias"? Obviamente me refiero a la razón por la que el director está llamando a todos los profesores a una junta, ¿te puedes hacer una idea de la razón?

— No estoy muy concentrado ahora mismo para pensar en ello...

— ¡Entonces concéntrate ahora y préstame atención! Se dice que hoy habrá una nueva mención honoraria para el nuevo mejor alumno de magia.

Imposible; pensó Aladdin mostrando una sonrisa inocente que hacía resplandecer su incredulidad ante sus palabras. Sphintus desesperó: — ¿No lo crees? ¡Realmente se dice que un nuevo estudiante ha superado a Titus, que tiene un magoi superior, incluso se llega a pensar que puede ser un magi!

Imposible x2; amplió su sonrisa Aladdin. Sphintus añadió: — Aunque también dicen que lo han visto emanar rukh oscuro.

La sonrisa de Aladdin desapareció.

— Pero eso es imposible, sino no podría entrar a esa academia ¿no es así? —Se relajó Sphintus riendo para sí mismo.

Antes de evitarlo, ya había regresado la mirada para ver la posición de Aladdin vacía y en su lugar, verlo alejarse apresuradamente a quién sabe dónde. Sphintus gritó: — ¡Oye! ¡No podemos irnos todavía! ¡Espera, Aladdin!