⁰⁶²

175 11 2
                                    

HOLA -saludó Beth tras abrir la puerta. Michonne, RJ y Judith entraron a casa-
Que bien huele -sonrió Michonne a lo que yo me giré para verla tras dejar la lasaña en la mesa-
Hemos preparado lasaña -respondió Beth sentándose junto a los demás-
¿Podéis empezar a comer? Voy a subir un momento -les pedí para luego subir las escaleras. Toqué la puerta de nuestra habitación y luego la abrí dejando ver a un Daryl secando su pelo, o eso parecía, frente al espejo rodeado de varias fotos tomadas por mí- Daryl Dixon
¿Qué he hecho? -preguntó extrañado. Solo usaba su apellido cuando estaba enfadada pero este no era el caso-
¿Te has duchado? -le pregunté sorprendida aún sujetando el pomo de la puerta-
-se encogió de hombros. Yo sonreí con diversión y lo miré asintiendo con la cabeza-
Por si es un sueño, voy a volver a cerrar la puerta y a bajar. Daryl de mis sueños, la cena está preparada -me burlé para luego cerrar la puerta y bajar las escaleras con un sonrisa-
¿Todo bien, mamá? -me preguntó Beth tras masticar su trazo de lasaña. Yo asentí con la cabeza y me senté a su lado. Todos miramos a Daryl cuando bajó las escaleras a lo que él rodó los ojos con una sonrisa-
Parad -pidió Daryl sentándose a mi lado-
¿Cómo lo has conseguido? -preguntó Judith siguiendo mi burla-
¿Has bebido aguas mágicas? -preguntó Beth a lo que me ahogué con el agua. Eso venía de una conversación que prefiero no comentar y dejar a vuestra imaginación-
¿Agua que...? -preguntó Daryl mirándome como si estuviera loca. Técnicamente, si que lo estaba un poco-
Nada, come, niña -le di un trozo de lasaña viendo a Michonne retener una risa- me gusta verte limpio.
Gracias -respondió a regañadientes. Aún mis halagos y él eran principiantes. Besé su mejilla y seguimos comiendo entre risas y cosas triviales. Sujeté su mano al verle mirar el hueco libre en la mesa. Le sonreí sabiendo que pasaba por su cabeza y besé sus nudillos-


SONREÍ al sentirlo moverse en la cama.
La sonrisa fue más amplia cuando noté sus brazos abrazarme por la espalda así que apoyé una de mis manos sobre uno de sus brazos para darle a entender que estaba despierta
Buenos días -murmuré empezando a pestañear para acostumbrarme al sol que entraba por la ventana. Antes de poder seguir hablando Beth entró corriendo y se tiró encima de nosotros haciéndonos soltar un par de quejidos entre risas- creo que ahora tengo las costillas en la garganta
¿Quién te ha enseñado a despertar a la gente así? -se quejó Daryl a pesar de que la sonrisa delataba que le gustaba ver a su hija tan animada al comienzo del día. Abrí mi boca ofendida cuando me miró acusatoriamente por lo que me acosté boca arriba para verla mejor-
Yo nunca he hecho eso -mentí acariciando su espalda-
Ya. Claro -me respondió Daryl sarcástico-
Dejadme al menos desayunar antes de meteros conmigo, por favor -les pedí sentándome con cuidado para no tirarla de la cama-
No te enfades, mamá. También tenemos amor para ti, ¿verdad, papá? -sonrió Beth a lo que yo miré a Daryl tras levantarme-
Oh, si, tenemos mucho amor también para ti -dijo Daryl. Beth no le conocía tanto como yo, por eso yo sabía que se estaba burlando de la situación-
Voy a la cocina. El café también me puede dar amor -les respondí bajando a al cocina para preparar mi bebida favorita. Sonreí aceptando el abrazo de ambos cuando me abrazaron por ambos lados. Rodé los ojos cuando besaron mis mejillas con burla y luego Beth tomó su desayunó y se sentó en su silla-
Buenos días -me dijo Daryl abrazando mi espalda a lo que yo pasé uno de mis brazos por detrás para acariciar su nuca mientras usaba mi mano libre para servir el café-
¿Puedes coger las galletas de arriba? No sé porque las sigo poniendo ahí si sé que no llego -le expliqué señalando el mueble- bueno, si que lo sé
Me encantaría escucharlo -me pidió tras coger las galletas. Las escondió en su espalda con una sonrisa cuando intenté tomarlas-
Me gusta porque siempre que me ayudas, pasas detrás mío y me besas -me encogí de hombros tomando el paquete de galletas-
Eres una cursi -me respondió robándome la galleta que me iba a meter en la boca para tomar su chaqueta y empezar a caminar hacia la puerta-
Tú preguntaste -me excusé yendo hacia la entrada. Recibí su beso con gusto y puede que haya alargado el momento un rato más-



A la noche había ido lo más rápido que pude a la enfermería al enterarme de lo que le había pasado a Lydia.
Hice una mueca al verla abrazada a su piernas y abracé sus hombros apoyando mi cabeza sobre la suya
Sentimos que te haya pasado esto -le dijo Daryl colocando una de sus manos en mi espalda- Lydia...
Sudaba mucho -comenzó Lydia- nunca le gustó el desodorante. Decía que le picaba en las axilas. A sí que me acostumbré. A veces olía a ajos y cebollas. Lo echo de menos
¿De quién hablas? ¿A quién echas de menos? -le pregunté. No en intención de agobiarla, es más, esperé aún abrazándola-
A mí padre -respondió ella a lo que yo la abracé con más fuerza pero sin hacerle daño- mi padre me habría protegido.
Cuéntanos que pasó -le pidió Daryl apoyando su mano en el hombro libre de Lydia donde no estaba yo-
Negan me salvó la vida -respondió Lydia. Miré a Daryl y él a mí por lo que, gracias a los años como padre y madre, cada uno la abrazó por un lado dejándola llorar-


HABÍA dejado a Lydia dormir en una habitación de la casa que no solíamos usar pero que estaba igual de limpia y decorada que las otras.
La arropé bien y luego la dejé dormir.
Fui a la habitación de mi hija y repetí la acción pero añadiendo un beso en su frente y dándole el peluche que tanto le gustaba.
Luego me senté en el sillón a mirar al frente tomando mi tarro de helado esperando a Daryl.
Me dormí esperándolo hasta que noté que me cargaba en brazos, al igual que los príncipes a las princesas en las películas Disney, y empezaba a subir las escaleras hasta nuestra habitación
No puedes dejar que lo maten -murmuré aún con los ojos cerrados negando con la cabeza haciendo que me mire- Negan la ha salvado, tal vez no sea la mejor forma, pero lo ha hecho.
Yo pienso lo mismo, Lorelai. No creo que todos lo hagan -negó Daryl dejándome en la cama y acostándose a mi lado. Suspiré y lo abracé escondiendo mi cabeza en su cuello apunto de volver a dormirme-
Has cambiado mucho en estos años, Daryl. Me alegro tanto... -le dije dejando un pequeño beso en su cuello para notar como me abrazaba a través de la manta y caía dormida-


BETH estaba en los hombros de Daryl limpiando lo que habían escrito en nuestra puerta hace unos días:calla a los Susurradores.
Yo limpiaba a su lado en silencio
No está nada bien lo que le hicieron a Lydia, ¿verdad? -rompió el silencio Beth-
No -negué con la cabeza- ninguna persona merece algo así. Recuerda lo que te hemos enseñado, Beth. Tratamos a las personas como queremos que nos traten a nosotros mismos
¿Recuerdas de quien viene tu nombre? -le preguntó Daryl a lo que yo sonreí al recordarla- ella trataba a todo el mundo muy bien
¿Tan bien como mamá a todo el mundo? -le preguntó Beth a lo que yo solté una pequeña risa-
Incluso más -le respondí. Daryl y yo nos miramos para luego seguir limpiando la puerta-














𝐋𝐎𝐑𝐄𝐋𝐀𝐈 ↑𝓓𝓪𝓻𝔂𝓵 𝓓𝓲𝔁𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora