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TIEMPO después estaba nevando.
Eso significaba tener que vestir con bufandas, abrigos, camisas largas, gorros, guantes...
Sonreí cuando Daryl pasó su bufanda, algo desgastada, por mis hombros tras salir del Reino.
Abracé su cintura con uno de mis brazos y seguimos caminando juntos.
Todos caminamos por un camino hasta que vimos unos caminantes cerca de nosotros
¿Son ellos? No están vigilando, ¿no? -le preguntó Alden a Lydia- seguimos sus normas. ¿No nos han hecho bastante?
Ella no es una de ellos, Alden. Es de los nuestros ahora. Tu fuiste un Salvador y tu gente hizo cosas horribles, te dimos una segunda oportunidad, ¿verdad? -le pregunté a lo que él me miró y volvió a mirar hacia delante-
No tenías porqué hacerlo -me miró Lydia- sé lo que opinan sobre mí
No. Eso no significa que pueda hablar así -me apoyó Daryl-
No quiero causar más problemas -nos dijo Lydia-
El problema es de ellos, no tuyo -le respondió Daryl. Yo le sonreí y besé su mejilla-

ALGUNOS se dispersaron tras ver huellas de caminantes.
Yo estaba en el carruaje entreteniendo a los niños que estaban allí hasta que empezó una tormenta de nieve y llegamos al Santuario.
Habíamos hecho una pequeña hoguera, otros descansaban en un lado, otros dormían, un par de ellos comían...
Cuando Carol terminó de hablar con Daryl fui hacia él
¿Recuerdas aquellas Navidades? -reí sentándome a su lado-
¿Qué Navidades...? Ah, ¿esas Navidades? -preguntó Daryl tras darse cuenta a lo que yo asentí soltando una pequeña risa-
Mi madre nos había enseñado a hacer galletas -le recordé- y recuerdo que sus galletas y las nuestras no tenían ningún punto de comparación
Recuerdo que estaban ricas igualmente -se encogió de hombros a lo que yo reí rodando los ojos-
Mientes igual de mal que cuando te pregunté aquel día y me dijiste lo mismo -le dije abrazándome a él. Hacía bastante frío-
Estás congelada -me dijo Daryl metiendo mis manos bajo su camisa y poncho. Yo sonreí al sentir el calor de su abdomen-
Este lugar sigue sin traerme buenos recuerdos… -le dije tras ver el Santuario de nuevo-
Solo nos quedaremos esta noche -me dijo Daryl. Por su tono de voz supe que pensaba lo mismo que había dicho. Cerré los ojos apoyando mi cabeza en su hombro y una sonrisa salió de mis labios cuando besó mi frente pero esta se borró de mi cara cuando besó mis labios-
Te quiero -le dije separándome de sus labios para poder sonreír de nuevo-

A la mañana siguiente habíamos salido de nuevo, o al menos algunos, era algo complicado ver entre tanta niebla pero lo intentábamos. Fruncí el ceño al ver a dos caminantes en pie quietos pero Michonne cortó sus cabezas y aún siguieron allí, estaban pegados a la nieve.
Ahí está el río. Hemos llegado -nos dijo Ezekiel-
Voy a comprobar el hielo -nos dijo Daryl caminando con cuidado hasta llegar al río-
Parece que estamos en Narnia -susurré tomando su mano para aguantar su peso por si cae o resbala por el hielo-
Oye, ¿dónde está Lydia? -preguntó Daryl tras girarse. Miré hacia los lados pero no estaba-
Iré a buscarla. Vosotros guíadlos a la otra orilla. Ahora vengo -nos dijo Carol para luego irse-
Cuidado -sujeté el brazo de Daryl para luego matar al caminante que salía de la nieve a su lado. Más caminantes salieron por lo que los empezamos a matar- id pasando por el río. No vayáis todos a la vez. Tened cuidado y no os separéis.



TRAS haber parado en Hilltop para refugiarnos del frío y dejar a los del Reino, conseguimos llegar a Alexandria.
Sonreí cuando fui recibida por el abrazo de mi hija.
También reí cuando algunos niños empezaron a tirarme nieve
Oye, niños, ¿sabéis que? -los reuní a todos- hay un juego llamado: “Lanzar nieve al hombre del poncho", el que lo consiga obtiene a Eli; la elefanta.
¿De verdad? -preguntó Gracie, le encantaba ese peluche. Yo asentí con la cabeza y solté una risa cuando los niños empezaron a tirarle nieve a Daryl y él a ellos con algo más de cuidado-
Traición por mi propia hija -solté una risa cuando Beth empezó a lanzarme bolas de nieve al igual que su padre. Solté un pequeño grito cuando Daryl me abrazó por la espalda y sonreí al escucharlo reír mientras los niños me “atacaban"- ¡Me rindo! Pido piedad
¿Se lo concedemos? -preguntó Judith aún riendo-
Ella es la que nos lee los cuentos -señaló Gracie-
Vuestra propuesta ha sido aceptada -me dijo RJ a lo que yo reí dejándome caer en el pecho de Daryl para luego soltar una risa. Levanté un poco la cabeza para verlo y él la bajó para luego terminar en un beso. Fuimos interrumpidos por más bolas de nieve por lo que seguimos con la guerra entre risas-


GRACIAS por rescatar a Beth. Y a Judith -le dije a Negan tras llegar a la enfermería sacudiendo la nieve de mi pelo- estás cambiando, Negan. Te lo he dicho, perdono a las personas que sé que quieren cambiar y lo intentan
Ya has perdido a muchos -me respondió Negan- no te gustaría perder a otro hijo más...
Gracias -repetí- Daryl también te lo agradece pero...digamos que no es como yo. Te debo una, Negan


DARYL leía uno de los libros de Narnia mientras que Beth se iba durmiendo acostada boca abajo en su pecho y yo estaba al lado de ellos con mis piernas sobre las de Daryl y mi cabeza apoyada en el puño de mi mano.
Vaya mierda -Daryl murmuró cerrando el libro y acariciando la espalda de una Beth dormida-
Estás insultando toda mi infancia -murmuré luchando por mantener los ojos abiertos dado al cansancio-
Descansa, Lorelai -nos pasó una manta ambas por lo que dejé caer mi cabeza en su hombro hasta quedarme dormida-




La parte de la nieve y la última son mis favoritas de este capítulo






𝐋𝐎𝐑𝐄𝐋𝐀𝐈 ↑𝓓𝓪𝓻𝔂𝓵 𝓓𝓲𝔁𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora