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¡MAMÁ! ¡Mamá! Mamá, despierta, por favor... -la voz lejana iba siendo más cercana. Abrí los ojos con dolor y vi a Beth sollozando a mi lado para luego tirarse a mis brazos. Acaricié su pelo mientras trataba de sentarme-
¿Dónde están Connie y Magna? -le pregunté buscándolas-
Estás sangrando -Beth señaló sus dedos con sangre tras tocar mi cabeza-
Eso no importa. Tenemos que buscarlas y salir de aquí -le pedí levantándome a pesar del dolor. La cargué en mis brazos colocando una de mis manos en la par de atrás de su cabeza en un gesto sobreprotector- ¿Magna? ¿Magna? Magna si me oyes, llámame. ¿Connie está contigo...?
Mamá, creo que no están -sollozó Beth aún en mis brazos. Tampoco podíamos buscar mucho porque uno de los caminos era interrumpido por piedras que atravesaban a caminantes- tenemos que irnos, mamá
Lo sé -le dije. Todo me dolía tanto que no podía ni llorar por la perdida de mis amigas. La acurruqué más hacia mí y salí de allí como pude. Lo último que recuerdo es a ambas cansadas acostándonos en el suelo lejano del lugar como si no hubiera peligro cercano a nosotras-

ENTREABRÍ los ojos aún con dolor y traté de identificar en que lugar estábamos.
Lo primero que sentí era un pequeño cuerpo abrazarme y por el sombrero que interrumpía supe que era Judith
Judith, cariño, ¿qué ha pasado? ¿Estás bien? ¿Dónde estamos? -le pregunté tratando de levantarme para ir hacia mí hija-
Os quedasteis en la explosión -explicó Judith- todos creíamos que... habíais muerto pero hoy, después de un par de semanas, Daryl y yo os hemos encontrado. Os echábamos mucho de menos
¿Dónde están todos? -le pregunté acariciando el pelo, sucio por la tierra, de Beth aún viéndola dormida-
Algunos van a salir, hicieron un plan y los caminantes están cerca -explicó Judith a lo que yo suspiré y asentí con la cabeza- Daryl me ha dicho que querrías irte, no puedo dejarte hacerlo
¿Contra quién pelean? -le pregunté colocándome el poncho negro, que probablemente Daryl me había dejado, encima de mi ropa sucia y en parte rota- ¿Alfa?
No, está muerta -respondió Judith a lo que me giré para verla- ahora es ese...Beta, tratan de matarlo
¿Qué adulto responsable está aquí? -le pregunté-
Gabriel, Negan, Deanne... -enumeró Judith pero ambas pusimos nuestra atención en Beth tosiendo-
Hola, cariño -fui hacia ella acariciando sus mejillas- tranquila, ya estamos a salvo.
¿Mamá? -me llamó a lo que yo asentí con la cabeza abrazándola- ¿Judith?
Hola, Beth -sonrió ella yendo hacia nuestro lado- Gabriel os ha dejado agua aquí. Creo que la necesitáis
Recuérdame nunca más dejarte salir -sollocé abrazando de nuevo a Beth. Ambas soltaron una pequeña risita y Judith se unió al abrazo-

ESCUCHÉ los ladridos, que formaron más dolor de cabeza, de Perro y supe que algo empezaba a ir mal.
Salí de allí delante de Judith y Beth siguiendo a las personas que me indicaran que saliera del lugar hasta llegar al bosque
Sonreí cuando Maggie reconoció a Judith y luego se abrazaron con una sonrisa
Tú debes ser Beth, ¿verdad? -le preguntó Maggie a mi hija a lo que ella asintió con la cabeza algo sonrojada- soy Maggie. Una gran amiga de tu madre
Lo sé, me ha contado muchas historias sobre ti y sobre tu hermana -explicó Beth con una sonrisa para luego abrazarla. Yo le sonreí a Maggie y la abracé con fuerza-
Estás guapísima, Maggie -le dije sacándole una pequeña risa-
¡PAPÁ! -escuché el grito de Beth a lo que me giré y corrí tras ella para luego abrazar a Daryl con fuerza. Creo que los tres lloramos en ese momento. Me separé del abrazo y lo besé para luego volver abrazarlo mientras Daryl cargaba en brazos a Beth- te hemos echado de menos, papá
Y yo a vosotras -afirmó Daryl besando la frente de ambas. Todos nos giramos para ver a Carol y Lydia mientras Daryl cargaba con uno de sus brazos a Beth y con el otro sujetaba mi cintura-
¿Ha terminado ya? -preguntó Jerry-
Sí. Gracias a ella -le dijo Carol mirando a Lydia-
Y a ella -Lydia señaló a Carol. Creo que nos hemos perdido mucho-
Gracias a todos. Es increíble que haya salido bien -nos dijo Luke. Solté una pequeña risa cuando Carol nos abrazó con fuerza-
Lo siento -murmuró ella a lo que yo acaricié su espalda-
Está bien. No pasa nada -le dije separándome para verla-
¿Qué le ha pasado a tu chaleco? -le pregunté tras ver un ala con diferentes tonos de azul y un par de estrellas abajo-
Judith lo ha mejorado. ¿No crees? -me preguntó Daryl a lo que yo asentí con la cabeza mirando a Beth-
Nos tocará a nosotras añadir algo, ¿no? -le sonreí a Beth-
¡Sí! -celebró Beth abrazándose al cuello de Daryl con fuerza-
Te quiero, Daryl. No sabes las veces que te lo voy a decir a partir de ahora -le dije reteniendo de nuevo un par de lágrimas. Daryl me acercó a su lado y me besó de nuevo-



ESTÁN VIVAS, DAMAS Y CABALLEROS

𝐋𝐎𝐑𝐄𝐋𝐀𝐈 ↑𝓓𝓪𝓻𝔂𝓵 𝓓𝓲𝔁𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora