Jake

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11. Un omega diferente

Desde que había llegado a Corea había logrado visualizar el choque cultural que había entre su país de origen y el país asiático donde residía actualmente al igual que la gran diferencia en cuanto al porcentaje de cada casta que tenía este país.

De dónde venía había una mayor cantidad de betas, no recordaba haber conocido en vida a muchos alfas u omegas; en Corea era distinto, había conocido a un puñado de alfas y muchos omegas que le causaba un dolor de cabeza caminar por las calles con la cantidad de olores que había en el aire.

Por eso había elegido trabajar ahí desde hace años, Sinu, el jefe, era un alfa de un olor que le calmaba y su séquito estaba compuesto por betas (sólo había un par de omegas entre las chicas que trabajaban en las tiendas de ropa y eso era decir demasiado), ser parte de Big Deal era lo mejor que le había pasado y, aunque no estaban tan bien en finanzas como deseaban, el dinero era lo menos importante cuando había encontrado una manada con la que estaba tan feliz.

Y entonces a Sinu se le ocurrió la grandiosa idea de invitar a dos chicos para integrarse a la pandilla; por supuesto que se había quejado, porque el tener nuevos integrantes era tener que repartir los ingresos y, si con el dinero que tenían había quejas en algunos miembros, hacer una reducción mayor lo haría peor.

Pero, por supuesto, el alfa de la manada era el que mandaba y ella siempre iba a acatar sus órdenes aunque no estuviera de acuerdo en algunas de ellas.

De esa forma llegó Samuel, un alfa que parecía tener algo con la autoridad al siempre retar a Sinú... y también estaba Jake.

Un omega.

Sería una mentira el decir que no estaba intrigada con este, con el chico de gran estatura que le seguía fielmente y ese par de chicos que le llamaban jefe; Jake rápidamente se había adaptado a la pandilla al igual que Samuel, pero podía notar como muchos de los suyos se habían puesto a favor de que el omega fuera el próximo líder cuando Sinú fuera mayor.

No lo diría abiertamente por su fidelidad al alfa de la manada, pero ella también deseaba que fuera el omega quien siguiera los pasos de Sinú y protegiera la calle y las personas que estaban en ella.

Sin embargo, como si alguna obra divina (o tal vez maligna) había dictado que ya había tenido mucha felicidad la calle de Big Deal, una llamada llegó para Sinú, luego llegó ese dúo que le hacían sisear por el peligro que emitía su mera presencia, Big Deal se volvió propiedad de Samuel, Jake y Samuel pelearon con este último abandonando la pandilla y la pandilla ahora era parte de las cuatro tripulaciones que esos sujetos habían creado...

Y entonces Sinú se fue y muchos miembros de Big Deal consigo, ella se quedó, porque había prometido proteger la calle y todo lo que amaba el alfa de su manada.

Jake se había vuelto el jefe, por defecto, Sinú le había dejado como el jefe de la manada, visualizando que era la mejor opción para ello y ella empezó a seguirle junto al resto de Big Deal.

Porque eso habría querido Sinú.

El omega no era tan bueno administrando la calle como lo hacía Sinú, pero hacía su mejor esfuerzo para atender las necesidades de los miembros de Big Deal y de las chicas, negándose a tomar el dinero que ganaban ellas de la venta de ropa (algo muy admirable a sus ojos si debía recalcar).

Era muy distinto a todo lo que había conocido, veía grandes cosas en el varón.

Hasta que vio esa maldita página web.

— No deberías hacer esto — Reclamó cuando empezó a hacer tratos con ese alfa sucio de las apuestas ilegales — Big Deal no fue hecho para hacer tratos con ratas asquerosas sino para proteger — Siseo, no importaba cuán mal hubieran estado financieramente, Big Deal dejó de lado aquellas cosas cuando Sinú tomó el mando de la pandilla.

Eso sería manchar el nombre de la pandilla y de la misma calle.

— Necesitamos el dinero, tenemos que pagar las cuotas para seguir en pie como tripulación.

— Nada de cosas ilegales, eso dijeron ellos — Le recordó, eso habían dicho — Lo sabrán y te harán lo que dijeron que harían.

El omega volteó a verla y le sonrió.

— ¿Acaso te preocupas por mí?, eso es muy lindo de tu parte.

Rodó los ojos, ignorando el calor en sus mejillas.

Porque era guapo, lo admitía.

— Me preocupó por Big Deal y porque no te maten a golpes, eres el único competente para liderarnos a esta pandilla sin que nos vayamos a la quiebra de paso — Confesó antes de acercarse al varón y mostrarle sus colmillos — Pero si algo le sucede a nuestra calle o a las chicas, seré yo quien te muela a golpes.

— Jamás dejaría que algo le pasará a la calle ni a las chicas, lo juró.

Se alejó del varón cuando su olor inundó sus fosas nasales, dio la media vuelta y abrió la puerta del remolque que antes le pertenecía a Sinú.

— Eso espero...no me hagas pensar mal de ti, jefe.

Y de esa manera cerró la puerta detrás suyo.

31 días de OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora