Goo

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8. Dominarte

Los alfas por naturaleza eran dominantes, fuertes, de buena proporción y sumamente atractivos; lo mejor de lo mejor en la pirámide social.

O así es como se estereotipa la forma en que se veían ellos.

No era fuerte, para nada, sin embargo, podía presumir que tenía cierta ventaja en cuanto al tema de velocidad; los machos eran más grandes y eso le permitía escabullirse en una pelea e irse lo más lejos posible de ahí (no es como si las peleas fueran justas de todas maneras, siempre la atacaban por ser una alfa hembra).

Ella no era sumamente atractiva, se consideraba bonita en los buenos días, pero claramente no se visualizaba como la persona más atractiva del mundo entero.

Tampoco tenía una buena proporción o altura, tenía la estatura perfecta para alcanzar el cereal del segundo estante de los supermercados y eso era lo ideal para ella.

Y, por supuesto, no era dominante, Nunca le había gustado dominar a otros.

Eso se podía confirmar con la escena que tenía enfrente suyo.

Los nudillos ensangrentados y la sonrisa en los labios del varón le recibieron antes de dejar caer el cuerpo inconsciente de un alfa.

El beta le tomó del brazo, dejando algo de sangre en su suéter — Vámonos, ya he acabado con estos sujetos.

Siquiera dijo algo, sólo dirigió una última mirada en dirección a los desdichados que habían molestado a alguno de los chicos que le pagaban al rubio antes de que caminarán lejos de esa secundaria.

— Goo, yo...

— Quiero helado, vamos por un helado, con este encargo gane mucho dinero — Le interrumpió el rubio, frunció el ceño pero no dijo nada.

No es como si pudiera decir algo, él era quien tenía el control ahí.

Goo era muy fuerte, astuto y sabía si estaba mintiendo, claramente era un beta que no debía ignorar.

Y le iba a seguir llevando a rastras como una muñeca de trapo mientras siguieran estudiando juntos sin reproche alguno porque el rubio tendía a ignorar aquello que no le gustará.

Como un niño pequeño.

— ¿Puede ser de chocolate? — Preguntó, porque ella también quería un helado (tal vez había algo mal en ella).

El rubio volteó a verla y sonrió de lado.

— Claro, te mereces un helado por ser una buena chica, ¿verdad que eres una buena chica?

— Si — Musitó tragando saliva.

— No te escucho — Tarareo y dejó de caminar cuando no escuchó una respuesta de su parte — Dilo o no hay helado — Amenazó señalándole con su dedo índice.

Apretó la mano del beta, no lo pensó dos veces antes de decidirse a hacer lo que le pedía.

Era una buena chica... Aunque aquello sonará como si fuera una mascota.

— Soy una buena chica, Goo.

— ¡Si lo eres! — Celebró antes de volver a caminar hacia la heladería irradiando felicidad, sonrió mientras le seguía el paso felizmente.

Ella no era dominante, de eso no tenía duda alguna.

Pero Goo si, era extremadamente dominante, en esa extraña relación que tenían desde que entró a estudiar a ese instituto; sin poseer una voz de mando o siquiera un olor amenazante que le hiciera flaquear, el beta era quien le dominaba, a ella, una alfa.

Y, para su pesar, eso le gustaba de él, ser quien se dejaba hacer por el rubio y recibir esas palabras de elogio como si fuera su mascota.

Le encantaba.

31 días de OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora