Zoé

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20. Supresores

— ¡Dímelo más despacio, no te entiendo! — Gritó a la persona del otro lado de la línea — ¿Cuáles son los que tengo que comprar?

— Los azules.

Vio seis cajas azules con diferentes logotipos y quiso soltarse a llorar.

¡¿Por qué había tantas marcas de supresores para omegas?!

Todos servían para lo mismo, ¿no podían sólo tener uno?

Contó hasta diez antes de volver a la llamada — Tengo azules con rayas rojas, con rayas verdes, rayas blancas, una con estrellas, la de círculos y una con la carita de un perrito, ¿cuál de todas es?

Esperó pacientemente en la otra línea hasta que finalmente la fémina se apiadó de su alma.

— Rayas blancas, uso las de rayas blancas... ¿puedes traerme de paso algo de helado?.... y ese disco de drama que vimos la otra vez...oh, ¡¿y crees poder comprarme otro peluche?!, tengo ganas de otro.

Apartó el teléfono de su oído mientras oía las solicitudes de la fémina, sintió su cabeza dar vueltas al pensar todos los destinos que tenía que ir antes de llegar al hogar de la fémina, suspiró.

— Estaré ahí en un momento.

Lo que había por amor.

(...)

La fémina se hallaba en su cama abrazando su nuevo peluche mientras tarareaba felizmente rodeada de todo lo que le había pedido.

— ¡Gracias!

Sonrió de lado acostándose a lado de la fémina.

— Todo por ti, Zoé.

La omega le besó la mejilla e intentó no avergonzarse por la repentina muestra de afecto de parte de la fémina hacia su persona.

— ¡Eres un tomatito!

Claramente falló.

— ¿Esos supresores te ayudarán para tu celo? — Preguntó tratando de desviar el tema.

— Por supuesto, son los que mejor me sirven, aunque Crystal me dice que use otro tipo y estoy pensando si cambiarlos por los que ella dice.

— Si a ti te gustan esos no deberías cambiarlos, cada cuerpo es distinto, Zoe — Le recordó sonriéndole a la fémina, ella se rascó la mejilla que se tornó de un color rosado.

— ¡Entonces eso haré!

Asintió y le dio una mordida al chocolate que la fémina le extendía.

Era demasiado linda como para ser real.

31 días de OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora