Capítulo 9.

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Para Wren, había muchas cosas que podían salir mal si se quedaba y ayudaba a Julian a preparar la cena

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Para Wren, había muchas cosas que podían salir mal si se quedaba y ayudaba a Julian a preparar la cena. Quedarse a solas con él más tiempo, por ejemplo, era la más complicada de todas, y la manera en que había mandado a diseñar el piso no ayudaba en lo absoluto. No había un baño a puertas cerradas donde refugiarse o pedirle cualquier tontería para que fuera a buscarla y quedarse a solas así fuera por unos segundos. Para su desgracia, estaba expuesta ante Julian Remsey, mucho más de lo que le habría gustado. Ni siquiera estaba añadiendo a la ecuación la tontería de haberle ofrecido algunas pinceladas sobre su pasado y, lo que era mucho peor, haberle confesado cuál era su verdadero nombre. ¿Es que había olvidado como mantener la boca cerrada?

―¿Sabes cocinar? ―le preguntó él mientras sacaba las ollas que iba a utilizar y las colocaba sobre el gabinete. Julian ya se había arremangado la camisa y lavado las manos.

―Lo necesario para sobrevivir. ―No lo miró. Su atención curiosa seguía fija en la variedad de ollas. ¿Qué pensaba cocinar con exactitud? Como mucho, Wren solía utilizar una o dos―. Solo aprendo a cocinar las comidas que más me gustan.

―La mayor parte de lo que sé, lo he aprendido durante mis viajes.

Wren achicó los ojos ante el despliegue de ingredientes: harina, limón ―o lo que supuso que lo era dada la forma― y varios tarros con especias que no pudo identificar.

―¿Vas a hacer la cena o prepararás un banquete de estado?

Julian volteó hacia ella con una expresión de seriedad que no iba a la par con la pose mientras sostenía un sartén en una mano y la tapa en otra.

―Vamos a preparar una cena ligera. ―Wren puso los ojos en blanco ante el énfasis de la palabra―. ¿O por qué crees que te pregunté si sabías cocinar?

―Pensé que me buscabas conversación.

Julian sacudió la cabeza lentamente al tiempo que dibujaba una sonrisa.

―Si lo que quieres es comer gratis, al menos ayúdame a cocinar.

Wren se cruzó de brazos.

―Entonces no estaría comiendo gratis: me habré ganado el plato.

―Y prometo que resultará satisfactorio. ―Le entregó el sartén y la tapa―. Estarás a cargo del pan.

Wren giró la muñeca y observó la rotación del sartén negro como si estuviera analizando el desenlace de Donnie Darko.

―¿Cómo rayos haré pan en un sartén?

Julian la miró como si le hubiese preguntado cómo respirar.

―Lo primero que debes hacer es preparar la masa. Necesitas agua, leche tibia, levadura seca, azúcar granulada y harina.

Wren le echó una mirada al resto de la cocina, deteniéndose en los armarios y los compartimientos superiores.

Royal Affair (Serie Herederos 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora