𝐇𝐈𝐆𝐇𝐄𝐑﹔soobjun (숩준)

𝘀𝗲𝘃𝗲𝗻𝘁𝗲𝗲𝗻﹔𝟏𝟕

La presión que sentía por verse siempre de manera adecuada para poder generar buenas impresiones era algo vertiginoso de sentir. Es decir, muchas veces no dormía planificando todo lo que haría y aún así no era suficiente, porque siempre necesitaba más, más y más para poder mostrarse a sí mismo, primero comenzando a hacerlo con su personalidad genuina.

Eso le había costado un par de amigos, parejas y compañeros.

Cuando llegó al segundo semestre de universidad supo que su auténtico ser era muy sencillo, que no era importante la manera en la que resolvía su aspecto siempre en algo que únicamente lo hacía sentir cómodo, que todos preferían a las personas ostentosas que hablaban con todos, y que él nunca sobreviviría a ese montón de adolescentes que lo único que conservaban eran diez mil fotos con la misma ropa en su teléfono celular sólo porque se veían classy aesthetic.

Entonces fue cuando optó por cambiar él.

Fue entonces y en tercer semestre que creyó que todo había salido de maravilla una vez que su alterego nació, cuando se hacía ir y entablar una conversación con todos independientemente de lo que quería, cuando decía palabras sin sentido para hacer reír a todos los que estaban en su salón, cuando se juzgaba mentalmente por hacer esas cosas que un día dijo nunca sucederían. Cuando se convirtió en una versión enmascarada fue cuando, por fin, sintió que estaba valiendo la pena su (falsa) existencia y su experimentación, cuando después de un año en esa situación la chica que le gustaba le confesó sentirse atraída por él.

Ella era preciosa, la había estado observando prácticamente desde que ingresaron a la universidad pero ella estaba ocupada mirando a los chicos de la otra clase cuando hablaban de fiestas mientras él intentaba ser notado. Sabía prácticamente todo lo que le era permitido saber sobre ella, y entonces esa tarde ya regresado a su casa se encontró en su habitación abrazándose a sí mismo con emoción cuando el pensamiento de que Min Jeongsoo finalmente y después de tanto se había fijado en él golpeando su mente.

Dos semanas después se encontraron saliendo; pero si su vida auténtica era obligada a permanecer pausada solo por un poco de aire entre sus compañeros, el hecho de que ahora prácticamente tenía que estar pegado a Jeongsoo le parecía asfixiante y carente de individualidad. Oh, pero no podía quejarse, ¡era por lo que había estado suspirando desde que la vió! Debía estar feliz, contento de que ella quisiera tenerlo en su vida. Shut the fuck off.

Pero no era feliz.

Graduó, su carrera para incorporarse al cuerpo aeroportuario se vió en un nuevo nivel ahora que podía ir a darse de alta en Fly-n-style, aerolínea de Ansan, esperando que no lo quisieran descartar solamente por apenas haber cumplido los diecinueve e ir directo a postular estando recién salido del estudio. Para su suerte fue aceptado, cumplió su objetivo que en otras circunstancias lo hubiera hecho explotar de lo eufórica que se debería haber sentido su alma; en lugar de eso, la ya familiar pesadez en su corazón se hizo presente cuando Jeongsoo le dijo que seguramente terminarían separándose por la falta de tiempo y él negó sus palabras una vez más en ese bucle que se repetía cada día del plazo que le habían dado a esperar para pilotear de lleno.

Intentó familiarizar a su novia con su profesión, probando con sugerirle ir a una exposición de un avión que Seúl recién había adquirido como parte de la aerolínea perteneciente ahí. Intentó convencerla diciéndole que habría experiencia de abordaje VIP, que él mismo le explicaría todas las funciones del avión, que tendría la oportunidad de ver los uniformes de cerca y muchas otras cosas que él consideraba interesantes y que realmente quería ver, pero solamente recibió una respuesta:

—No.

Ingresó a trabajar por fin y fue muy bien recibido —aunque a veces consideraba un poco invasivos los métodos de bienvenida— además de halagado por soportar el peso de la carrera y el trabajo a una edad tan joven como la suya, él solamente reía en vergüenza porque se quedaba sin qué contestar. Y supo que seguía siendo malo respecto a la administración de su tiempo, porque en su tercer día de trabajo supo por qué no debía negarle nunca una salida a esa chica de la que comenzaba a dudar sus efectos en él; pero llevaban bastante tiempo saliendo, su amor no podía haberse convertido en carbón.