Unos golpecitos en la puerta fueron los que lo hicieron apresurarse de secarse la cara. Habían pasado treinta lentos y tortuosos minutos desde que Soobin le había respondido que comenzó a pensar que probablemente se había quedado dormido y había dejado el chat abierto o algo así, pero justo en ese momento se encontraba sabiendo que no había sido así.
—Voy —le dijo.
Cuando abrió la puerta dió con un Soobin con los ojos un poco enrojecidos, el cabello desordenado y la ropa algo húmeda en el área de los brazos. Al momento que lo dejó pasar y cerró la puerta, se sentó al lado de él.
Sin dudarlo ni un segundo el mayor lo rodeó en un abrazo que el menor rápidamente correspondió, escondiendo su cara en el cuello contrario. Yeonjun esta vez era quien jugaba con su cabello, hasta que escuchó que su respiración poco a poco volvía a la normalidad.
—Soobinnie —le habló en un tono muy suave y tranquilo—, ya no llores, ¿si?
El tacto de unos labios posándose en su mejilla lo distrajo por completo de su miseria de hace unos minutos y se dejó recargar contra él.
—Jun... gracias, y perdón.
—No te disculpes —con una de sus manos levantó el rostro del otro y comenzó a dar caricias en su mejilla—. Eres totalmente libre de sentir lo que tú quieras. Es más, deberías de poder llorar cuando lo sientas necesario porque no está mal, nunca lo ha estado.
—Es que... no sé. Algo tienes, jun. Puedes hacer que me sienta mejor como ahorita o puedes hacerme perder los sentidos pero lo que más aprecio es que estés aquí, escuchándome. Igual como me escuchaste hace un mes con esos problemas que ahora gracias a ti ya no duelen como antes. Eres sanador, ¿sabías?
Esas palabras sacaron el lado tímido de Yeonjun, ese que ahora había frenado de acariciar al menor procesando todo lo que había dicho hace apenas un instante.
—¿Sabes? —habló, juntando un poco de valentía— Si te hace sentir mejor, o te ayuda en algo.... Desde que te ví por primera vez te me hiciste super lindo, por eso era que no podía dejar de mirarte.
Soobin lo miró aún sobre su hombro, con una pequeña mueca que dejaba ver una combinación de asombro y confusión. Todo lo que Yeonjun decía sobre su apariencia era cierto a sus ojos, no le había mentido para quedar bien o algo parecido. El sentimiento cálido que llegó a él una vez lo hubo analizado todo lo hizo sonreír, haciendo al otro sonreír con él, compartiendo la mirada y la sonrisa igual de felices.
Ahí, sentados, con Yeonjun abrazando a Soobin por la cintura y Soobin respondiendo recargado en su hombro, sus corazones comenzaron a revolotear tan fuerte que podría considerarse una taquicardia compartida. Tal vez, si se acercaban un poco más, podrían sentir sus corazones en sincronía.
—También eres muy lindo, agradable y todo lo demás. Agradezco tenerte en mi vida, no tienes una idea de cuánto.
Yeonjun recibió un beso en la mejilla de parte del pelinegro.
Rompieron medio abrazo porque Yeonjun estaba limpiando los rastros de lágrimas del bonito rostro de su Soobin, y una vez estuvo limpio, comenzó a toquetear la mano del chico para hacerle unas pequeñas caricias en forma de círculos.
—Soobin.
—¿Si?
—Ni idea si esto sea muy loco, precipitado o algua mierda —suspiró—, pero... Creo que me gustas.
¿Que él dijo qué? ¡¿Qué?!
¿Por qué su corazón comenzó a volverse loco? Apenas lo conocía, era relativamente nueva su amistad, ¿y ya? Porque, bueno, lo que sea que le estuviese sucediendo a su corazón era por la impresión, ¿verdad? Y sí, Yeonjun se le hacía lindo, le gustaba escuchar su risa, lo llegaba a ver cuando estaban en la misma habitación o cuando se lo encontraba realizando alguna actividad, le gustaban sus ojos y la forma en que acentuaba su rostro y oh, moría por su perfecta simetría... pero no le gustaba, claro que no.
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𝐇𝐈𝐆𝐇𝐄𝐑﹔soobjun (숩준)
FanfictionEl joven Choi era relativamente nuevo en su trabajo como piloto, pero esos dos años de experiencia le fueron suficientes para ser promovido a trabajar en el Aeropuerto Nacional de Seúl. Aquello, el seguir su sueño, le costó algunas cosas, lugares, p...