𝗻𝗶𝗻𝗲𝘁𝗲𝗲𝗻﹔𝟏𝟗 | 🅴

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2/2.

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Si era sincero, seguía creyendo que la Navidad era subjetivamente disfrutable, es decir, dependía mucho de las situaciones que la rodearan. Y, bueno, en ese momento no podía quejarse mucho, a menos que quisiera sacarse de encima a Soobin.

Se suponía que ese día solamente irían a relajarse hasta dormir, tal y como les era costumbre y hacían cada que su horario se los permitía; pero al parecer el pelinegro tenía otros planes, porque no dejaba de picar el cuello del mayor con besos mientras acariciaba su cintura con una de sus piernas entre las ajenas. Sí, definitivamente esa noche era terriblemente atípica y Yeonjun un insegnante en sensibilidad, gracias.

Se removió un poco cuando sintió una mordida en su clavícula, y volvió a moverse cuando sintió la lengua del menor pasar y cubrir la marca, escuchando la risa en tono bajo del chico. Se giró hasta encontrar el rostro de su novio con la mirada empequeñecida y el entrecejo fruncido, observando la sonrisa medio iluminada del chico gracias a la lámpara de noche detrás suyo, aunque la expresión duró poco cuando Soobin se subió sobre él y comenzó a besarlo con lentitud, jugando con sus manos hasta dejarlas por sobre su cabeza sujetadas por las muñecas.

—Agradecería si quitas a tu pierna traviesa de allá abajo, gracias chérie —musitó contra su barbilla.

—¿Entonces no quieres saber cuál es tu regalo~? —terminó en una leve risa mientras buscaba la mirada ajena.

Yeonjun sintió sus mejillas arder cuando sintió sus manos ser soltadas para sujetar su rostro por la barbilla y hacerlo verle, observando a Soobin buscar algo en el cajón junto a él. Escuchó el sonido de un metal golpear la madera, y fue cuando se sintió confundido.

—¿Por qué preguntas algo que sabes es obvio? —cuestionó.

—Porque quiero estar seguro de que lo quieres —respondió, fingiendo inocencia con su tono.

—O porque te encanta poder hacerme todo.

—También —concordó.

Le dió un beso corto cuando hubo sacado lo que quería, percatándose de cómo ahora Yeonjun se aferraba a su suéter para evitarle moverse, complaciéndolo nuevamente y besándolo más, dejando una leve mordida en su labio inferior e introduciendo su lengua inmediatamente que el pelirosa quiso quejarse, reteniendo un suspiro cuando notó su entrepierna y la del chico igual de encendidas.

Y ni siquiera había hecho nada aún.

—Fóllame —lo escuchó pedir con dificultad, notando cómo buscaba esconder su rostro—, que se joda el regalo.

—Te recuerdo que no estamos en nuestro departamento, bebé.

Yeonjun chasqueó la lengua.

—Que se joda el hotel también.

Concluyó a favor de su novio y le quitó el suéter que tenía puesto, sacando uno a uno los pequeños botones.

—Entonces hoy haremos algo un poco diferente —avisó con una sonrisa burda—; considéralo parte de tu regalo, y si te gusta pues... podemos repetirlo.

El tono sugerente del menor le generó cosquilleos en prácticamente todo su cuerpo, el calor invadiendo su anatomía, sintiendo arder cada centímetro de su piel y su novio muy ocupado terminado de despojarlo en la parte superior de su cuerpo. Algún día iba a pasearse con un crop top que dejara al descubierto sus clavículas cuando estuvieran en alguno de sus hogares para probar si sería capaz de follarlo en la cocina, aunque por ahora solamente era una idea que podría descartar a futuro.

𝐇𝐈𝐆𝐇𝐄𝐑﹔soobjun (숩준)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora