𝗳𝗶𝗳𝘁𝗲𝗲𝗻﹔𝟏𝟓 | 🅴

504 56 12
                                    

Esa tarde no fue diferente a muchas otras que habían pasado ya a ser parte de su rutina: subía al avión, revisaba los asientos, preguntaba si los controles funcionaban adecuadamente —sacándole la información a su novio con besos—, recibía a los pasajeros, estaba al pendiente de ellos todo el tiempo que tardaran en bajar, iba y venía con alimentos, bebidas, almohadas y demás, debía soportar sus pláticas (algo) aburridas y triviales... y todo eso mientras él no tenía cómo distraerse, porque, al parecer, Taehyun estaba muy ocupado respondiéndole mensajes a alguien, riendo ante su pantalla un par de ocasiones.

Eso lo hacía estar en esos días donde se preguntaba si seguir trabajando como sobrecargo valía la pena, a final de cuentas llevaba casi cuatro años laborando y aún era joven para postular a otro empleo, no sonaba tan mal...

Pero luego recordaba que su bonito Soobin trabajaba con él y esos pensamientos sobre renunciar se esfumaban.

En el tercer vuelo que tenían de Gunpo a Ilsán, Yeonjun quedó esperando a Soobin cerca del área de abordaje porque iba a conseguir algo que les haría falta, pero con una vaga idea zurcando su mente no quiso preguntar por más detalles, dejándolo partir; y fue así como más tarde observó a su compañero pelinegro despedirse de él y abordar otro avión siendo acompañado de una rubia que probablemente era extranjera.

Si le preguntaban, Taehyun era muy difícil de descifrar cuando se lo proponía. Aunque no era como si debiera preocuparse, al final Beomgyu y él eran algo así como amigos-ligues-no-ligues.

—¿Qué miras?

—Taehyun subió a otro vuelo.

Soobin se acercó a él y le dejó un pequeño beso en la mejilla lo suficientemente fugaz como para ser confundido fácilmente con una excusa de cartón sobre el ángulo en que los hubieran visto, la idea de ello causando risa mental en sí.

—¿Conseguiste lo que querías?

Ujum, ahora tenemos todo lo necesario.

Yeonjun volteó hacia él con el ceño fruncido, aunque su miraba delataba su confusión.

—¿Es lo que creo que es?

—Si te refieres a la última vez... sí, no teníamos nada y aunque lo negaste terminaste adolorido —respondió el menor junto a una sonrisa vacilante.

—¡Oye! —bufó—. ¿Qué le haces a mi bonito y tímido novio y por qué de repente se vuelve un éhonté caliente?

—Fácil: tú y tu bonito todo sólo existen.

—¡Lo vuelves un caliente y cursi, no es justo!

—Amor... ¿y si subimos al avión ya? —preguntó el pelinegro como un intento de cambiar de tema. No iba a contestar a eso.

Convencer a Yeonjun era fácil la mayoría de las veces, a menos hasta que se cruzaba de brazos y le daba la espalda hasta cansarse de fingirse molesto, pero ese día no podría ejecutar su juego porque en unas horas más su chico estaría de cumpleañero y, bueno, él básicamente se autonombró su regalo, así que debía ser lindo con él, más de lo que le era costumbre; así que no preguntó nada cuando su novio lo tomó por la cintura para caminar junto con él y subir demasiado cerca uno del otro por las escaleras de esa escotilla que afortunadamente habían dejado abajo.

Soobin tomó al pelirosa de la muñeca y se lo llevó a la cabina, en donde se encerraron de nuevo en la sala de los asistentes y casi inmediatamente se abalanzó sobre su mayor, abrazándolo por la cintura, besándolo con suavidad y pasando una mano por su cabello; Yeonjun toqueteando su mandíbula con una mano y jalándolo hacía sí tirando de la corbata ajena, una costumbre que quisiera o no era casi automática en él y que a Soobin le fascinaba.

𝐇𝐈𝐆𝐇𝐄𝐑﹔soobjun (숩준)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora