Secrets and Masks - dramione *TRADUCCIÓN*✓

6: Te mataría ahora mismo.

12 de diciembre;

Hermione gimió mientras presionaba el talón de su mano contra su ojo, intentando aliviar el dolor insoportable allí. "Euggh...... ¡Hijo de puta!"

No había esperado que Malfoy fuera gentil cuando los apareció en su mansión, pero la conmoción, junto con la fuerza violenta de su magia, la atravesó como el chasquido de un látigo. Sospechaba que lo había hecho a propósito. Una táctica cruel para mantenerla desorientada, vulnerable. Era más fácil de transportar si tenía dolor, y era menos probable que se defendiera.

Estaba increíblemente débil, sus venas aún eran el fuego líquido de la magia oscura con la que Voldemort la había hecho metástasis cuando vinculó su vida a la de los Malfoy. Su sangre ardía. Cada latido de su corazón traía una nueva ola de calor imposible. Se sentía como ácido bombeando a través de su cuerpo. Hirviente. Agudo. En cierto modo, dio la bienvenida a la incomodidad. Una pequeña parte de ella sentía que se lo merecía. ¿Por qué debería alejarse, algo ilesa, cuando cinco de sus compañeros de equipo estaban muertos, desintegrados en cenizas en un campo en llamas? Ella les había fallado. Se merecía algún tipo de retribución. ¿No es así?

La lluvia helada de diciembre caía desde lo alto. Las gotas heladas calmaron su piel acalorada, como pequeñas gotas de novocaína.

Sintió que la sangre seca de su cabello y rostro comenzaba a mancharse mientras se mezclaba con el agua carmesí que goteaba de su barbilla y formaba un charco a su alrededor. El efecto era casi calmante, traía consigo una extraña sensación de claridad. Como lavar el vil recordatorio de su fracaso.

Trató de respirar el olor de la lluvia, inhalarlo y olvidar dónde estaba y pensar racionalmente -

Pero las palabras de Voldemort resonaron en su cabeza. Inolvidables. Infundiendo temor.

"Si él muere, ella muere".

"Hasta que la muerte los separe".

Hermione reprimió un escalofrío.

Se inclinó ligeramente, con una mano enroscándose alrededor de su rodilla para sostenerse mientras se masajeaba las sienes con la otra mano. Estaba mareada, sentía como si el suelo se moviera bajo sus pies, balanceándola. Las ganas de vomitar aumentaron a medida que...

"Por el bien de Salazar," se burló una voz a su lado. "Deja de ser tan jodidamente dramática".

"Oh, ¿¡porqué no simplemente te vas a la mierda!?" espetó ella sin levantar la vista, temiendo que el movimiento pudiera dañar su ya frágil equilibrio. "Tengo demasiado dolor, lo último que necesito es tu juicio. ¡Ahora, hazme un favor y vete a la mierda de donde viniste!"

Si no tuviera tantas náuseas, no fuera tan paralizantemente impotente, ya lo habría hechizado hasta el olvido. Era repugnante, realmente, lo impotente que se sentía. Desde que comenzó la guerra, Hermione había sido una fuerza a tener en cuenta. Era fuerte, valiente, letal, una maldita leona.

Apenas se reconoció a sí misma ahora.

Pero, de nuevo, las tornas siempre cambiaban rápidamente en la guerra.

Malfoy suspiró irritado. "Vamos sangre sucia, no tenemos todo el día".

"¡¿No te dije ya que te fueras a la mierda?! Tomaste mi varita, me asaltaste con no sé cuántos maleficios y luego me arrastraste hasta tu maestro. Dios sabe qué tipo de maldición de sangre oscura y maligna me ha infectado!" gruñó, sin aliento, todavía agarrándose la rodilla y mirando hacia el suelo. "¡Tengo dolor, he perdido mucha sangre, estoy mareado y mi cráneo se siente como si estuviera atrapado entre un tornillo de banco! Entonces, si no te importa, te agradecería que me dieras un minuto ¡Para recuperar el aliento antes de que me arrastres a cualquier cámara de tortura que tengas allí!"