Secrets and Masks - dramione *TRADUCCIÓN*✓

70: La sangre sucia y el dragon.

TW; guerra, descripciones gráficas de sangre, desfiguración y muerte en tiempos de guerra

4 de julio;

Las batallas siempre comenzaban de la misma manera.

Siempre había un grito, una llamada al orden, una señal para indicar que el tiempo de la conversación civilizada había terminado y el derramamiento de sangre estaba a punto de comenzar. El ataque de Narcissa había sido solo eso. Esa ola de fuego que salió disparada de su boca había sido la llamada a las armas, la señal de que todos podían abandonar las pretensiones de las sutilezas humanas, podían quitarse las máscaras y revelar sus verdaderas intenciones. Podían canalizar todo el dolor y la rabia que sentían por la oposición, esa rabia que solían enjaular. Podían liberar esa parte carnal que existía dentro de cada persona, pero que generalmente estaba reprimida y enterrada, y podían causar estragos en su enemigo.

Cuando Bellatrix gritó, todos los monstruos respondieron a la llamada. Todos empezaron a avanzar. Sin miedo ni piedad en sus ojos. No les importaba el dragón que estaba frente a su premio o las llamas que aún ardían en el suelo. Empezaron a atacar, empezaron a correr... directamente hacia Hermione.

Después de años de esto, Hermione pensó que sabía todo lo que había que saber sobre las batallas. Pensó que sus ojos cansados ​​habían visto todo lo que había que ver cuando se trataba de guerra. Pensó que su corazón cansado había sentido cada emoción que se podía sentir en ese tipo de situaciones de vida o muerte.

Había visto gente decapitada y había sentido remordimiento por los que había matado. Había visto cómo le arrebataban la victoria en un abrir y cerrar de ojos, incluso cuando se sentía tan segura, y había sentido la angustia que le seguía. Había visto morir a tantos de sus amigos y había sentido la rabia insoportable que acompañaba ver tal cosa.

Hermione pensó que lo había visto todo, pensó que lo había sentido todo, pero cuando esos monstruos comenzaron a atacarla, nunca había sentido algo así. Porque nunca había visto una ola de enemigos corriendo hacia ella, y solo hacia ella, con la única intención de capturarla.

Voldemort no había venido aquí para ganar esta guerra, solo había venido aquí para atraparla. Quería a Hermione. La quería viva y en su poder. Probablemente quería esconderla en algún lugar donde nadie pudiera encontrarla, donde estaría sola y aislada, pero alimentando su inmortalidad por el resto de sus días; probablemente pensó que era un privilegio para alguien como ella.

Atrapen a la chica, esas deben haber sido las únicas instrucciones que le había dado a sus monstruos, y estaban siguiendo ciegamente sus órdenes.

Los dementores aparecieron de la nada. Los Mortífagos que quedaron sacaron sus varitas. Los gigantes corrieron hacia ellos. Criaturas oscuras y deformes que Hermione nunca había visto antes, sobre las que ni siquiera había leído, aparecieron de las sombras. Cientos y cientos de Acromantulas de todos los tamaños comenzaron a salir corriendo de los edificios y escaparates a su alrededor. Su enemigo se estaba acercando...

Pero lo poco que quedaba de la Orden se defendió con la misma ferocidad.

Daphne y Theo comenzaron a lanzar maldiciones mortales una tras otra a sus atacantes.

Narcissa lanzó otro aliento de fuego castigador que prendió fuego a la primera pared de arañas que se acercaban.

Harry apareció en el lado derecho del campo de batalla, Ginny segundos después, y ambos inmediatamente se lanzaron al ataque. Ron también. Y luego Fleur. Y luego Luna y Neville. Incluso Shacklebolt apareció de las sombras para tomar esta posición final.

Aunque no quedaban muchos de ellos, nadie huyó. Nadie pensó siquiera en correr. Uno por uno, todos los miembros sobrevivientes de la Orden del Fénix vinieron a luchar con feroz determinación.