Secrets and Masks - dramione *TRADUCCIÓN*✓

40: Los dragones muerden.

26 de junio;

La carta que enviaron fue simple y al grano;

'Querida Orden del Fénix,

Ha habido un cambio en el régimen de nuestra parte, que estamos seguros es lo mejor para usted, y deseamos organizar una reunión para discutir dichos cambios, y también, cómo avanzar a partir de aquí.

Solicitamos la presencia de Ronald, Ginevra y Fleur Weasley.

Hora y lugar a su discreción.

Saludos,

Medusa y compañía.

Hermione había escrito la nota, y aunque Theo y Malfoy habían insistido en que no podía firmar con su nombre, o incluso decirles que estaba a salvo, en caso de que interceptaran la carta, esperaba que alguien pudiera reconocer su letra y pusiera las piezas juntas por sí mismas.

Después de que ella terminó de escribirla, con ambos Mortífagos revoloteando sobre sus hombros y riendo como lechuzas, Theo llevó la nota al nuevo punto de encuentro.

Esa era la forma en que siempre se habían organizado las reuniones entre Medusa y La Orden. Una vez a la semana, en días separados, dejaban la correspondencia y el otro la recogía. Era la opción más segura. Mantenía la ambigüedad en ambos lados y significaba que ninguno de los lados conocía la verdadera ubicación e identidad del otro.

Las notas solían dejarse en una fábrica abandonada en Swindon, pero después de que Hermione fuera capturada, se tomó la sabia decisión de cambiarlas a una oficina de correos abandonada en Sheffield. Este nuevo edificio estaba igualmente dañado por la guerra y pedía a gritos que lo derribaran, pero cumplió su propósito.

Theo había dejado la carta de Hermione el día después de la 'reunión del equipo' del grupo, y pasaron casi dos semanas antes de que recibieran una respuesta.

El aeropuerto de East Midlands. Pista fuera de la puerta 1.

26 de junio. 15:30'

Eso fue todo. Esa fue su maldita respuesta. Nada más. No le dio nada. Ni idea de si alguien se había dado cuenta de que ella había escrito la nota, o si incluso confiaban en la información que contenía.

El estómago de Hermione se había hundido en el momento en que leyó la respuesta, y había sido un manojo de nervios en los dos días siguientes.

(...)

Miró el reloj nuevo en su mesita de noche, el que le había exigido a Malfoy para ella en el momento en que recibió la carta de la orden.

14:30; ella y Malfoy se irían muy pronto.

Se mordió el interior de la mejilla y se subió la cremallera de su viejo uniforme de misión. La forma en que el cuero abrazaba su piel se sentía como un pedazo de hogar, mil veces más cómoda que las túnicas de Mortífago que se había visto obligada a usar en los últimos meses.

Había cambiado desde la última vez que usó este uniforme, se dio cuenta mientras miraba su reflejo en el espejo del tocador. Su figura parecía un poco más pequeña ahora, el material no se sentía tan apretado o incómodo alrededor de su cintura. Sus mejillas se veían más delgadas y su cabello era mucho, mucho más largo, las puntas casi tocaban sus caderas ahora. Pero no eran solo los cambios físicos, se sentía mejor consigo misma, un poco más fuerte. Fiel a su palabra, Malfoy la había sacado de las pociones antimagia y le había devuelto la varita, y la sensación de magia corriendo por sus venas de nuevo era indescriptible.