67: Egoísmo.

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17 de mayo;

Hubo muchas discusiones durante las siguientes semanas. Hubieron muchos vasos de whisky tirados contra las paredes y muchos libros lanzados a través de las habitaciones porque tenían la audacia de no contener las respuestas que Draco quería.

Hermione nunca dijo nada cuando se volvía loco. Ella siempre se quedaba donde estaba. Lo observaba, pacientemente con las manos entrelazadas en su regazo, y esperaba a que él se calmara y se sentara con ella para intentarlo de nuevo.

Su ira pasará, se decía a sí misma. Siempre pasa.

Ella no estaba equivocada. Su ira siempre pasaba, pero con cada intento fallido de salvarle la vida, con cada callejón sin salida al que llegaban, a Draco le tomaba más tiempo calmarse.

Ayer, el fregadero de la cocina se llevó la peor parte de su ira. Hoy, los armarios eran su saco de boxeo.

"¡DEBERÍA ESTAR FUNCIONANDO!"

"Lo sé."

"¡ESTOY HACIENDO TODO BIEN!"

"Sé que lo haces."

"¡ENTONCES, POR QUÉ NO FUNCIONA! DEBERÍA-" Draco gritó mientras se daba la vuelta y arrojaba otro vaso de cristal contra la pared. "¡MIERDA, MIERDA!"

Astoria iba a ponerse furiosa cuando se enterara de lo del vaso. Ese era el último. Draco había roto todos los demás y, desafortunadamente, sin importar cuánto intentara Hermione arreglarlos con magia, nunca pudo hacerlo bien. Siempre acababan en la papelera.

"¡DEBERÍA FUNCIONAR!"

"Lo sé."

No importa cuántas veces se ponía así, nunca era más fácil de ver. Durante mucho tiempo, Hermione no había querido nada más que hacer que sus paredes de Oclumancia se derrumbaran para poder saber exactamente lo que estaba pensando. Durante mucho tiempo, había querido ver las emociones que él escondía detrás de esas grandes paredes heladas.

Simplemente nunca consideró que lo que se escondía detrás de ellas podría romperle el corazón.

No fue hasta que rompió una de las sillas del comedor que se calmó. No fue hasta que hizo un agujero en forma de bota en la pared que respiró hondo, se echó hacia atrás el pelo que le había caído sobre los ojos y se sentó de nuevo en el suelo frente al fuego con ella.

"¿Te sientes mejor ahora?" preguntó Hermione, dando una puñalada al humor para tratar de calmar su temperamento.

No funcionó, solo causó que Draco la mirara por un momento. A veces, sus bromas eran justo lo que necesitaba para sacarlo de sus pequeños ataques de ira. Hoy, al parecer, no era uno de esos días.

"¿Están follando o peleando?" preguntó una voz femenina mientras los tacones altos comenzaban a bajar las escaleras. "¡Voy a bajar! ¿Es seguro...?" El chasquido se detuvo cuando llegaron al último escalón. "¡¿Es ese el último vaso de cristal?!"

Draco se puso de pie de nuevo. Parecía que todavía tenía más ira que exorcizar.

"¡Creo que tenemos asuntos más urgentes que atender en este momento que un par de malditos vasos rotos!"

"Cariño, ¿realmente vale la pena gastar tu energía en esto?" Hermione escuchó a Blaise callarse con un tono de preocupación. Debe haber seguido a Astoria por las escaleras. O la ayudó a bajarlas. Dependía de si estaba teniendo un buen o mal día con su maldición de sangre.

"Sin embargo, no son solo un par de vasos rotos, ¿verdad?" espetó Astoria, aún oculta a la vista de Hermione. "¡Son todos! Son todos los vasos de cristal que traje de casa-"

Secrets and Masks - dramione *TRADUCCIÓN*✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora