Para alegría de Iván, Rodrigo cumplió su promesa y comenzó a llegar más temprano a casa del trabajo.
Había hablado con su jefe para que le descontara una hora diaria de trabajo, que no importaba si le restaba dinero del sueldo. Sin embargo, el hombre aceptó acortarle la jornada laboral sin bajarle el salario debido a que Rodrigo era un buen empleado y se lo merecía.
Todo estaba felizmente en orden en la vida del híbrido, excepto una cosa, y es que el fin de semana había llegado y le daba miedo conocer a los amigos de Rodrigo.
Él estaba bien solo con Rodrigo y no necesitaba estar con otras personas para sentirse más feliz.
─Te hará bien conocer nuevas personas ─le dijo Rodrigo como si estuviera leyendo sus pensamientos.
Ambos se estaban preparando para ir al parque. El único que faltaba por vestirse era Iván, quien estaba sentado en el borde de la cama mirando a la nada.
─Aún tengo miedo ─admitió agachando las orejas.
─No te voy a dejar en ningún momento, y si aún quieres irte después de verlos, nos iremos. ¿Está bien?
─Está bien.
─Ahora vamos a vestirte.
Rodrigo buscó ropa en su armario, toda era suya y la mayoría la compartía con Iván. Tendrían que salir a comprarle ropa, pensó.
Escogió un pantalón poco holgado, un gorro blanco y un suéter rojo con rayas. Cuando estuvo listo, Iván se extrañó al notar que faltaba algo.
─¿Y los lentes de contacto?
─Hoy no es necesario que los lleves.
─¿Por qué?
─Es una sorpresa.
─¿Y cuál es la sorpresa?
─Si te la digo, pierde la emoción ─pellizcó la mejilla del híbrido y sonrió, mientras que Iván lo miraba con disgusto.
Salieron del departamento y caminaron unos cuantos minutos hasta llegar al parque, en donde Rodrigo pudo comprobar que llegaron antes que sus amigos. Se sentaron a esperarlos en una banca bajo un roble.
Las piernas de Iván temblaban por el miedo y la idea de salir corriendo lo estaba carcomiendo por dentro, pero se calmó cuando la mano de Rodrigo se posó sobre su muslo, sujetando fuerte y suavemente al mismo tiempo. Le gustaba esa sensación, era tranquilizante.
A lo lejos vieron un par de siluetas caminando hacia ellos, una era más pequeña que la otra. Rodrigo se puso de pie e incitó a Iván a hacer lo mismo, quien se escondió como pudo detrás del humano.
─Hey, Rodrigo, ¿cómo estás? ─saludó el más alto, chocando el puño con él.
─Todo bien, Anto. Es un gusto verte ─sonrió, entonces miró al chico más bajo, en cuya cabeza había un gorro cubriendo la mayoría de sus cabellos negros─. Es un gusto verte a ti también, Tomás.
─Lo mismo digo... ─se quedó callado cuando su nariz captó un olor inusual, por el cual empezó a olfatear cerca de Rodrigo─ ¿Qué es ese olor?
─Oh, es de alguien que quiero presentarles.
Rodrigo notó que Iván no estaba a su lado, entonces lo vio asomarse tímidamente desde atrás de él. Tenía las orejas más gachas que de costumbre y en sus ojos se podía ver que estaba asustado.
─Iván, no seas tímido. Saluda ─dijo Rodrigo, moviéndose a un lado para dejar a Iván al descubierto.
─H-Hola... ─balbuceó.

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𝗬𝗢𝗨 𝗖𝗔𝗡 𝗦𝗧𝗔𝗬 (𝗿𝗼𝗱𝗿𝗶𝘃𝗮𝗻)
عاطفيةRodrigo creyó haber adoptado a un gato común y corriente, pero se equivocó y ahora tendrá que aprender a lidiar con un chico de orejas peludas y una inocencia igual a la de un niño de cinco años. ⠀⠀★ ⸧⠀𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻〈 @pecalix 〉 ⠀⠀☆ ⸧⠀𝗿𝗼𝗺�...