A Rodrigo le gustaba mucho su trabajo, y es que conseguir un empleo donde la paga sea buena por vender instrumentos musicales era su idea perfecta de trabajo de medio tiempo, sobretodo cuando tenía mucha experiencia en la música.
Como todas las tardes después de clases, se encontraba en la tienda atendiendo a los recurridos clientes que solían ir. Era la hora donde entraban más personas, haciendo filas y llenando los pasillos. Rodrigo apenas podía vender y atender al mismo tiempo y en momentos como esos, agradecía no ser el único vendedor.
Victoria llegó a la tienda justo a la hora en la que empezaba su turno y al ver que Rodrigo estaba en aprietos, fue a ayudarlo con la caja.
─Ve a atenderlos, yo les cobraré ─le dijo sonriendo, a lo que Rodrigo le agradeció y fue a ver qué querían los clientes.
Así transcurrió la tarde, atendiendo clientes y mostrándoles la variedad de instrumentos que tenían hasta que llegó la hora de cerrar la tienda.
Rodrigo estaba por despedirse de Victoria cuando ella habló primero.
─¿Te gustaría caminar por ahí? Claro, si no tienes algo que hacer antes.
Rodrigo no pudo evitar sorprenderse ante la repentina invitación de la chica.
Victoria se caracterizaba por ser una persona muy amable que no dudaba en ayudar a los demás cuando lo necesitaban. Era realmente admirable y a pesar de eso, Rodrigo nunca había considerado conocerla más allá del horario de trabajo y tal vez era hora de hacerlo.
─Me parece bien, vamos.
No le vendría mal pasar el rato con alguien que no fuera Iván y además, él tenía un teléfono y le escribiría en caso de que se presentara algún problema.
De esta forma, ambos comenzaron a caminar por las calles del centro de la ciudad sin rumbo fijo. A esa hora habían tiendas por todas partes que resultaban muy entretenidas de ver.
─¿Qué sueles hacer cuando no estás en el trabajo? ─preguntó Victoria de repente.
"Estar con Iván" pensó Rodrigo, pero no creyó que sería adecuado decirlo.
─Estoy ocupado con la universidad así que no salgo mucho ─se alzó de hombros.
Hubo un pequeño silencio incómodo, entonces Rodrigo cayó en cuenta de que él también debería preguntar algo.
─¿Tú que haces en tu tiempo libre?
─Voy a la universidad también, solo que me gusta salir con mis amigos de vez en cuando ─soltó una risita─. Es bueno distraerse a veces.
─Sí, tienes razón.
─¿Vives solo? ─preguntó, tomando por sorpresa al chico.
─Sí... Bueno, no ─respondió nervioso, sin saber por qué.
─Oh, ¿es tu roommate?
─Algo así ─se rascó la nuca.
Victoria se apresuró a cambiar la conversación al notar que ese era un tema delicado para Rodrigo.
Fue así como siguieron hablando de cosas triviales y conociéndose más a fondo. Rodrigo pasó muy bien todo ese tiempo con Victoria y se atrevería a decir que formaron una agradable amistad.
Los ojos de Rodrigo se posaron en una tienda de peluches, por lo que se dirigió hacia ella para ver el montón de peluches de todos los tamaños y colores. Victoria entró junto a él.
Uno en especial llamó su atención. Era un peluche de tamaño mediano de Stitch, entonces recordó que Iván le había dicho en una oportunidad que él le gustaba porque era como un híbrido.

ESTÁS LEYENDO
𝗬𝗢𝗨 𝗖𝗔𝗡 𝗦𝗧𝗔𝗬 (𝗿𝗼𝗱𝗿𝗶𝘃𝗮𝗻)
Любовные романыRodrigo creyó haber adoptado a un gato común y corriente, pero se equivocó y ahora tendrá que aprender a lidiar con un chico de orejas peludas y una inocencia igual a la de un niño de cinco años. ⠀⠀★ ⸧⠀𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻〈 @pecalix 〉 ⠀⠀☆ ⸧⠀𝗿𝗼𝗺�...