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Observé a lena dormir en mi cama, hacia unos diez minutos me había levantado al baño y luego simplemente me había quedado allí, a su lado, como si vigilara su sueño.

Ya habían pasado días de la corta conversación con Winn y estaba más preocupada que antes, no podía sacarme de la cabeza que esta relación iba a terminar. Que si no era sincera, ahora, iban a surgir problemas entre las dos.

No sabía que era peor, la posibilidad de que ella me dejara, o seguir con esta mentira, fingiendo algo que no era, hasta que no pudiera más.

—Deja de hacer eso —le oí decir con voz somnolienta.

—¿Qué? —murmuré y me recosté a su lado.

—Sea lo que sea que estás haciendo.

Me recosté tras ella y la abracé, cerré los ojos y inhalé el aroma de su cabello, suave y dulce. Me pregunté cómo eso podía excitarme.

Me apreté más contra ella y cuando la oí quejarse reí suavemente contra su oído. —Estoy dormida —murmuró lena.

Moví mi mano por su vientre hasta su sexo, la acaricie suavemente

—¿Que tan dormida? —pregunté antes de besar su cuello.

—Depende —contestó.

Sonreí al sentir como movía su cadera contra mi mano. —¿De qué? —seguí tocándola hasta que ella gimió. —De si te detienes o no.

Lena empujó su trasero contra mí. Volví a besar su cuello mientras la sentía, imité sus empujes suavemente. Cuando me encontré con su boca la besé con cierta ansia, con esa que se produce al imaginar que el día de mañana esto no se volverá a repetir.

Unos segundos después era yo quien estaba recibiendo las caricias de Lena. Jadee cuando ella besó mi vientre, cuando sentí sus dedos más abajo tocándome como me gustaba.

En ese segundo no me importó suplicar, rogar, nada. Me estaba acariciando de tal manera que me hizo olvidar cualquier cosa y solo supliqué, como nunca lo había hecho. Ella siguió acariciándome, torturándome dulcemente en esa exquisita agonía.

Me miró y trague.

Tenía que oírla, escuchar su voz permitiéndome dejarme ir. —Hazlo —me dijo de repente y pasó.

Me corrí con fuerza y esta vez temí morir.

Cuando me recuperé la observe sobre mí, mirándome fijamente. —Lena, yo...

Ella me besó enseguida, con ternura, deteniéndome de decir cualquier cosa. Segundos después ya estaba dentro de su cuerpo, moviéndome suavemente. No le tomó mucho tiempo a lena alcanzar su liberación.

Al acabar no logré encontrar el suficiente aire para llenar mis pulmones, simplemente se negaba a entrar. Solo era consciente de los latidos bajo mi oído, de mis propios latidos tan rápido como los de ella, ambas calmándose a la vez. Lena gimió luego de unos minutos y yo suspiré. Salí de su cuerpo lentamente, evite quejarme al no sentirla a mí alrededor. Me dejé caer a su lado, y solo atine a quitarme el condón y dejarlo caer al suelo.

Ella suspiró y como siempre yo la llevé sobre mi pecho. La observé acomodarse sobre mí a su antojo. Al sentirla quedarse dormida enseguida sonreí suavemente y acaricie su espalda.

Un segundo después lo único en que pensé era en que debía hablar con ella, que ya era tiempo de decirla la verdad.

Your's; Supercorp Donde viven las historias. Descúbrelo ahora