Your's; Supercorp

49 final

Jamás pensé hacer algo así en mi vida. Como toda mujer había imaginado que en algún momento formaría una familia, que tendría hijos y todo lo demás. Pero había pensado en eso como algo que tenía que hacer, no que deseaba realizar.

Sonreí al darme cuenta lo diferente que podían ser las cosas. De que cuando la persona indicada aparecía, la idea de una familia se volvía muy atractiva.

—¿Ya estás lista? —preguntó Alex, mi hermana menor. Asentí.

—Quien diría que todo esto se podría organizar en menos de un día.— Sonreí y miré alrededor. —Con decirle a mamá lo que quería hacer fue suficiente. —Alex hizo una mueca.

—Claro, le estás cumpliendo su sueño, pero te lo va a cobrar.— Alcé una ceja.

—En menos de un mes te pedirá nietos. —Solté un bufido.

—Lo peor de eso, es que tienes razón.—Ambas reímos.

Alex me miró fijamente.

—¿Crees que acepte?

Volví a sonreír.

—Lo hará —dije segura —claro, luego me cobrara no avisarle pero aceptara.

—Si tú lo dices, esa mujer da miedo—. Solté una carcajada al oírla.

—Le voy a decir que dijiste algo así, se va a reír toda la noche.

Alex volteo sus ojos y negó con su cabeza.

—Oigan, par de idiotas —dijo linda acercándose, ambas volteamos los ojos al oírla siempre tan cariñosa—. ¿Qué hacen?

—Aquí hablando de ti —soltó Alex—qué más.

Linda la ignoró.

—Mamá dice que está todo listo —asentí —y que ella ya llegó.

—¿Qué? —jadee—¿y por qué rayos me lo dices ahora?

—Porque ahora me lo dijo mamá, estaba hablando con ella de no sé qué —hice una mueca al oírla —. Están allá.

Apuntó hacia el otro lado de la supuesta fiesta por mi recuperación. El lugar estaba repleto de amigos y conocidos.

Sonreí al verla en jeans claros y camiseta. Se veía tan dulce de esa manera, incluso la trenza en su cabello la hacía ver más joven.

—A que esa mujer tiene algo raro —soltó Linda.

La miré, Alex asintió a su lado.

—Me lo dice mi olfato detectivesco —siguió.

Cansada de oír a mis hermanas me alejé y caminé hacia ella.

Lena me observó enseguida y sonrió. Mi madre estaba a su lado y también sonrió al vernos juntas. Al llegar cerca tomé su mano y la besé.

—¿Te gusta la fiesta? —pregunté suavemente.

—Es una bonita fiesta solo... —ella alzó una ceja y apuntó a un lado —¿por qué mi abuelo y mi Nana están aquí?

Observé al hombre mayor a varios metros hablar con mi padre. La mujer a su lado era la nana de lena, quien prácticamente la había criado y quien ahora, trabajaba en la casa de su abuelo. Hacía menos de un par de horas que había hablado con él, largo y tendido. Me había tomado una hora convencerlo de que amaba a su nieta y de que todo esto era buena idea. Fue él quien me advirtió que Lena me cobraría lo que estaba a punto de hacer.

—Me pareció buena idea invitarlo.

—¿Y no te da miedo? —la miré enseguida—. Ya sabes, es un buen hombre y todo eso, pero cuando tenía diez años, me daba miedo solo verlo de lejos.