Así que tenía que pensar en una palabra de seguridad. Bebí de mi café y observé a ambos lados de la calle buscando algo que sirviera. Observé mi mano y me pregunté si café serviría.
—¿En qué piensas? —preguntó winn, sacudí mi cabeza suavemente y seguí bebiendo.
—Nada, ha estado muy tranquilo.
Winn se encogió de hombros y mastico su dona, sonreí un poco al verlo.
Todos los policías que conocía comían donas, Winn no era la diferencia. Solo que él, en contraste con otros, podía hacerlo todo el día sin siquiera engordar un gramo, el hombre era un pozo sin fondo y ni se le notaba.
—¿Qué? —me preguntó él al acabar, alcé una ceja.
—¿No había otra cosa? —apunté la caja ya vacía.
Él se encogió de hombros.
—Creo que había alguna tontería pero prefiero esto —él alzo ambas cejas y sonrió, me tensé enseguida —¿Y cómo vas con tu novia?
Voltee mis ojos.
—¿Algún día dejaras de preguntar?—. Winn solo me observó.
—¿Algún día responderás?, que soy tu amigo y nunca me cuentas nada, yo te tengo más confianza que tú a mí.
Bebí de mi café y subí al vehículo.
—Primero no es mi novia —solté luego de unos segundos, eso me molestó levemente —y segundo, no es asunto tuyo.
—¡Ey! —dijo él —no es mi culpa que jamás te haya visto tan obsesionada con una chica.
—Lo raro sería que yo te viera con una—. Ahora él volteo sus ojos.
Claro que sería raro, si Winn era gay, y uno abiertamente asumido. Me había enterado de eso prácticamente cuando se hicieron pareja, meses después se había enterado toda la central y había sido el revuelo del año. Siempre me sorprendería de la paciencia que tenía mi compañero, había tenido que soportar tantas burlas y malos tratos como pocos. Incluso yo tuve que soportar unas cuantas bromas, solo que mi paciencia era mucho menor. Ya había roto un par de caras por ellas, ahora, por suerte, ya nadie nos decía algo, abiertamente claro.
Arrugue mí frente al imaginar lo que sería de mi si alguien se enteraba de mis gustos. —Y ahora, ¿en qué piensas?
Observé a mi amigo.
—En el día que nos conocimos—. Él alzó una ceja.
—Cuando me dejaste bastante claro que mantuviera mis manos lejos de ti.
Sonreí un poco.
—Exacto, además mi condición no me hace un hombre... solo soy diferente.
Winn volteo sus ojos.
Doblé en dirección a la avenida.
—Sí, no es algo que olvide —observé a mi amigo
Solté un bufido.
—Debo recordarte que no entras en mis gustos —ahora volteo sus ojos.
—En ese estamos de acuerdo —él sonrió —tu tampoco entras en los míos, a veces eres demasiado mujer para mi.
Ambos observamos la radio cuando llamaron pidiendo una patrulla cerca del lugar. Al oír que se trataba de un posible homicidio observé a Winn un segundo antes de ponerme en movimiento.
—Aquí patrulla 976 —contestó Winn —en camino.
En menos de cinco minutos ya estábamos bajando del auto y caminando hacia la casa que coincidía con la dirección. Winn apuntó la casa y me indico que iría por detrás, acepté y me moví hacia la puerta principal.
Como siempre en estos casos desenfunde el arma y le quité el seguro. Luego llegue a la puerta y la golpee dos veces.
Nada paso. Segundos después ya la había abierto e ingresado a la casa.
Revise la sala y luego el comedor. Al escuchar pasos me giré y me encontré con Winn. Ambos negamos con la cabeza y él apuntó hacia el segundo piso.
En silencio subimos y registramos el lugar. Fue Winn quien la hayo.
—Kara —me llamó desde la habitación principal.
Abandoné el baño y llegué a su lado. Me detuve al ingresar al lugar y cerré los ojos un segundo. —Voy a pedir una ambulancia y solicitar apoyo—. Asentí y lo dejé pasar.
Solo me quede en la puerta, observando alrededor. Sabía que la mujer sobre la cama estaba muerta, la sangre que salía de su espalda al parecer, me lo indicaban. Seguí mirando alrededor, sobre todo porque no me gustaban están escenas. Tenía compañeros que ya se habían acostumbrado a algo así, que ya no le importaban en lo más mínimo, por suerte yo no era uno de ellos.
Winn regresó a los minutos y me miró.
—Ya están aquí —dijo, asentí —los de homicidios están abajo.
—Entonces vámonos, no tenemos más que hacer aquí.
—Sí —suspiró Winn
Mientras bajábamos las escaleras solté.
—Rojo.
—¿Qué? —preguntó Winn
Lo miré.
—No nada, estaba pensando en algo.
Como que rojo era la palabra que buscaba, como la sangre, algo que jamás me agradaba ver. Gracias a eso nunca lo olvidaría.
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Your's; Supercorp
Fiksi PenggemarKara ha pasado toda su vida adulta intentando ocultar lo que es, porque cada vez que lo deja salir a la luz termina sola, atada a una cama y decepcionada. Ahora, ha conocido a una mujer que le hace desear dejar de fingir y le muestra que no es nece...