12.

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Wanda.

Me desperté y lo primero que vi fue a una pelirroja sentada en el jardín de su casa. Estaba observando a la nada, y se mantuvo así por aproximadamente veinte minutos. Veinte minutos eternos.

—Hey. Buen día.

Cuando se giró a verme, me dedicó una sonrisa suave y señaló la silla de junto.

—Tengo que irme al hotel. Lamento no poder quedarme a convivir contigo, pero...

—No, yo... Entiendo. No te preocupes. Te llevaré a tu casa.

Se veía decaída. Quizá avergonzada por el estado en el que la vi ayer por la noche, pero no parecía querer hablar de ello.

Nos subimos a su auto sin decir mucho más, pero mientras conducía, aquella banda volvía a repetirse en su radio.

—¿Quiénes son?

—Oh, no, no creo que conozcas su música. Yo no me sé sus canciones, las escucho porque me recuerdan a alguien.

Asentí lentamente.

—¿No sabes cómo se llaman?

—El disco está gastado, pero no quiero sacarlo de la radio. Prefiero que se quede así.

—Puedes buscar la letra en YouTube o Spotify, te lo dirán de inmediato. — insistí y ella sonrió de forma leve.

—Estoy bien, gracias...

Nuevamente mi jodido corazón débil me incitaba a cometer una idiotez.

—Ayer no te veías bien. ¿Qué ocurrió? — pregunté.

Ella no contestó, su rostro se volvió perdido, parecía realmente una persona diferente a la playboy insoportable de todos los días.

—Si no quieres hablar de eso, yo lo comprendo perfectamente. Es decir, te duele y se entiende que debas guardarte ciertas cosas que...

—Sí, la verdad prefiero que se quede en que no ha ocurrido nada. No me gusta jugar a tener terapia emocional con mis amigos, mucho menos con desconocidos. — dijo algo incómoda.

Entendí su actitud a la defensiva, porque ella había quedado expuesta ayer por la noche.

—Okay...

Nos detuvimos fuera de mi hotel, iba a abrir la puerta, pero me detuvo sosteniéndola otro poco.

—Wanda, yo.... Lamento cómo me he comportado ayer. En serio me avergüenzo y agradezco que no fueses una mala persona conmigo, y que te quedaras...

—No tenía alternativa. No conozco la ciudad y se supone que teníamos una cita. —murmuré. Ella asintió lentamente.

—De igual manera... Me gustaría que esto se quede entre ambas. Me comprometo a intentar que nos llevemos mejor siempre y cuando nada de esto salga de aquí.

En estos momentos me arrepiento de haberle dicho a Stephen que podría librarme de ella.

—¿Te comprometes en serio?

—Claro que sí, me comprometo de todo corazón a que trataré de no ser una idiota contigo otra vez. No quiero... Dar una peor imagen de la que ya tienes de mí.

—Okay, pero... Pondremos reglas si prometes que mejorarás. Ha sido un asco salir contigo y eso no hará que el año se nos pase fácil. — dije yo. Ella asintió rápida sin rechistar ni un poco. Eso fue fácil. — No volverás a beber cuando salgas conmigo. Bebe cuando estés sola, no cerca de mí. Odio el alcohol, y tú tienes un problema con el.

Offside love. [Wandanat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora