02

692 96 20
                                    

HUELE A TRISTEZA


— Re pedazo de sorete— uno dijo, ya estresado por estar esperando a su supuesto camión y este ni sus luces— Loco, ¿Estás seguro que era aquí?

— No, che, que me lo saqué de la chota— se quejó, mirándole mal— ¿Vos qué te pensás? A mi me dijeron que acá— apuntó el piso— Y acá estamos.

De Paul comenzaba a molestarse, venían todos cansados del vuelo, y para acabarla, el autobús que se supone los llevaría hasta el hospedaje no llegaba. Lo que más querían era dormir, comer y ducharse para tener energías al siguiente día.

Los partidos no eran cosa fácil.

— ¿Vos estás seguro?

— Sí — Ángel respondió, resoplando.

— ¿Segurísimo? — Damián volvió a preguntar, mirándole.

Ángel volteó en seguida a mirarle ya irritado.

— ¡Qué sí!— gritó, molesto al fin— A mí me dijeron que acá, traje todos sus traseros aquí. ¿No querés? Ponete en cuatro patas y-

— Ya, ya, ya— alguien más habló, el ambiente comenzaba a oler a café amargo— No cuestionen más, que seguro Ángel se nos tuerce acá, además siendo él tan tranquilo y responsable, no creo que sea culpa de él.

— Messi, estamos en medio de la nada.

El nombrado asintió sereno ante las palabras de Lisandro. Sin preocuparse.

— En un país que no conocemos ni de pinta— bien, las palabras de Julián ya lo habían preocupado.

Así que todos mirando a sus costados viendo cómo la gente llegaba y se iba, mirándolos raro. Bueno, no conocían a absolutamente nadie, tampoco tenían el contacto de alguien de otro equipo oara guiarse, mucho menos hablaban el idioma, y su director técnico se había ido a quien sabe dónde, mintiendoles en la cara que regresaba en diez minutos, siendo que llevaban solos más de media hora.

Ahora sí, Messi estaba preocupado.

— Mira, que a mi, ésto no me huele bien— Lisandro habló, haciendo una mueca, comenzaban a dolerle los pues de estas ahí, todos hechos bolita juntos.

— Claro que no pa' — Enzo se quejó— Qué a mi se me hace que el Dibu no se bañó antes de andar acá y por eso anda de sospechoso el ambiente.

A modo de burla buscando aligerar el ambiente todos rieron. Aunque no era de todo mentira, bueno, era cierto que Emiliano si se había duchado, pero olía raro, por el hecho de que había tanto alfas, como omegas, betas y todos los olores mezclados no eran algo que fuera tan agradable. Olores dulces, frescos, incluso amargos, todos juntos pues, daba mucho qué desear. Sumándole que todos estaban nerviosos, algunos molestos y otros asustados, pues todo empeoraba.

— A veces me pregunto, si valdrá la pena poner mi vida en riesgo cada que salimos de Argentina— Paulo habló, entrecerrando los ojos cansado— Terminamos perdidos la gran mayoría del tiempo y gracias a la luna que la prensa no se entera.

— No lo menciones— el de barba perfilada rió al recordar las aventuras que pasan como equipo— Pero siempre queda la anécdota, todo para contar.

— De pura suerte.—sentenció Ángel.

Huele a tristeza | Ochoa x MessiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora