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HUELE A TRISTEZA


— Che.

— La re puta madre, Dibu— pegó un brinco al escuchar la voz de su compañero detrás de él— ¿Querés dejar esa necesidad tuya de matarme de un susto cada que podés?

El alfa sonrió nervioso.

— No es intencional, no me lo digas así— se hizo pequeño— ¿Estás bien?

Lionel se giró a verle, confundido y algo aturdido, le han estado preguntando eso lo que restaba del día, todos y cada uno de ellos, que ha comenzaba a cuestionarse realmente de sí estaba bien o no.

— Joya — respondió alzándose de hombros— ¿Por qué la pregunta?

El más alto suspiró calmado, cosa que terminó por extrañarle, sin embargo dejó pasar por alto el hecho de que no haya respondido a su pregunta. Desde que abandonaron el estadio donde había jugado con la selección de México, unas horas después comenzaron a bombardearlo con miles de preguntas acerca de cómo se sentía, al principio lo había atribuido a que, bueno, lo que pasó con el de rizos en los vestidores y que probablemente su aroma se encontraba algo alterado.

Fuera de eso, había algo que aún no lo terminaba por convencer del todo.

El aroma del alfa que estaba sentado en su cama era diferente, podía decir que estaba alterado, además de que veía su celular frenéticamente, bajando y dándole miradas rápidas. Algo no andaba bien, se iba a terminar enterando ya que, bueno, el alfa no era tan bueno como para callarse secretos por mucho tiempo, usaría eso a su favor.

— Mastodonte — arrugó las cejas— Hay algo que no le has dicho, soltalo.

El otro se hizo pequeño en su lugar.

— ¿Cómo qué?

Lionel rodó los ojos.

— El hecho de que todos ustedes monos, me estén preguntando si estoy bien cada cinco minutos— dio en el clavo, pues el otro se encogió aún más— Algo me ocultan, monos, me decís o me decís.

El más alto, se rascó la nuca nervioso, mirando su celular, para después extenderselo.

— Tengo el mío, bobo.

El guardameta rodó los ojos.

— Al parecer no, ¿Has visto Twitter? — Lionel negó— Usa esos bonitos ojos que tenés.

El más bajo ahorrándose cualquier queja desinteresado comenzó a usmear en el celular ajeno, encontrándose con publicaciones acerca de la su victoria contra México, otros insultando a la misma selección Mexicana, eso lo hizo fruncir el ceño, ¿entre ellos así eran? Algo más le llamó la atención, eran fotos del hombre de rizos durante el partido, unos apoyándolo y otros deseándole hasta la muerte, eso lo hizo sentirse asqueado y enfurecido de aquella gente.

¿Qué tenían en la cabeza para desearle eso?

Siguía deslizando, encontrándose con publicaciones similares, además de varios hashtags, hasta dar una que tenía todas las metras en mayúscula, acerca de probablemente una nueva pareja o chisme más bien, el chisme le llamó, así que se acomodó en la cama, comenzando a leer dicha nota, que podía notarse desde lejos que solo era para causar polémica, pero al final del día chisme era chisme. Un arquero con el delantero de otro equipo, eso sí que era nuevo, siguió leyendo, aquél artículo decía que fueron capturados en una pequeña rueda de prensa, el arquero se acercó para felicitar al delantero por su victoria y al parecer, sus verdaderas intenciones quedaron a la luz ante tal cercanía.

Estos dos pibes ya se van a comer el mandado, están dando mucho de qué hablar.

Pensó el argentino eso lo tenia que ver Dibu también, al terminar de leer, se encontró con el apartado de fotos adjuntas. Curioso las abrió.

Huele a tristeza | Ochoa x MessiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora