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HUELE A TRISTEZA

Las selecciones de los países eran una mezcla de sentimientos, pues los partidos que designarían sus respectivos puestos estaban por comenzar en la fase de grupos, todos y cada uno de los jugadores tenía que dar lo mejor de sí tanto de forma individual como grupal para poder poner en alto a su país, a su tierra. Y regresar a casa con la frente en alto, ya se que em resultado fuera positivo o negativo, nadie quería regresar con sabor a poco.

El primer partido dentro de la fase, fue la apertura entre Qatar y Ecuador, siendo para todos una sorpresa que, el equipo local, terminara perdiendo por dos goles en contra y el marcador a favor se encontraba en cero. Para la gente de Qatar fue una sorpresa que dejó un mal sabor de boca, adicionándole que por las leyes del país, además de restricciones, esa era una ofensa y deshonra hacia su propia gente.

México se encontraba relajado, sin embargo, la emoción corría por sus venas, pues hacían falta pocos partidos para que la selección tricolor jugara contra Polonia, esperando resultar vencedores.

Un deseo en el corazón de todos, pero que no iba a cumplirse de forma pareja.

Por lo que, al estar ahora las canchas en su máxima ocupación, los horarios para los entrenamientos y prácticas resultaban más estrictos, tenían que aprovechar todo el mucho o poco recurso que tenían para sacar lo mejor de sí, para estar lo más preparados posibles.

— ¿Quién juega hoy? —
— Edson se apareció donde los demás estaban desayunando, sentándose.

— Sí, buenos días wey, amanecimos también bien, gracias por preguntar — Alexis bromeó, mirándolo.

— Pide de desayunar, que tenemos que irnos—  las palabras de Andrés lo desconcertaron.

Frunció el ceño.

— ¿A dónde?

Los demás se miraron entre sí.

— Hoy es el partido de Argentina contra Arabia Saudita— Guillermo contestó, terminando de desayunar— Así que te recomiendo que desayunes rápido, porque nosotros nos vamos.

— Eh, no mamen, avisen antes — el menor se quejó, pidiendo su desayuno.

Jiménez lo miró con una mueca.

— ¿Tú no ves los horarios, verdad?— el otro se hizo pequeño en su lugar— Eso pensé. Para ser un Alfa eres demasiado distraído niño.

— La casta no tiene nada qué ver— dijo bajito. En parte, era cierto, los Alfas tenían sus sentidos más agudizados, pero Edson era... Edson.

El arquero se puso de pie, dispuesto a irse, bajo la mirada de todos.

— ¿A dónde vas? — Andrés, lo miró.

— Por mi celular, lo dejé cargando en la habitación— palmeó la espalda del otro— Ahorita regreso.

Y todos sabían que ese ahorita significaba que Edson tenía tiempo de desayunar. Así que no dijeron nada más. Así que, Andrés aprovecho en preguntar.

— Cachorro— su mirada se dirigió al menor, que miraba su celular— ¿Alguna noticia?

Kevin esbozó una sonrisa amplia.

Huele a tristeza | Ochoa x MessiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora