traición ♡ scaloni x aimar.

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Scaloni y Aimar se habían conocido a una edad en la cual se considera que se es relativamente joven, estaban cerca de sus veinte años.

Una edad confusa, no son adultos totalmente pero tampoco son adolescentes, por lo que sus vidas y especialmente sus carreras profesionales tenían que empezar a centrarse.

Lionel fue un joven adulto que siempre fue recto y cuidadoso consigo mismo y con su entorno, desde dormir lo necesario para su cuerpo hasta cuidar a aquellos que llamaba "amigos".
Por otro lado, Pablo, era todo lo contrario específicamente en su adolescencia pues era alguien muy sociable que podía hacerse amigo de todo aquel que se cruzara, además de tener prioridades muy distintas que básicamente eran el fútbol y la joda, de ser posible mezclaba ambas a la mínima oportunidad.

Mientras que Scaloni estudiaba, consumía libros en sus ratos libres, asistía a sus correspondientes entrenamientos y partidos a la vez que socializaba con su pequeño grupo de amigos, Aimar descuidaba sus estudios y lo relacionado a la escuela, iba a los entrenamientos cuando no se le hacía tarde por dormir la siesta y se presentaba confiado a los partidos que él consideraba importantes o relevantes; comprometiendo a su equipo entero y ni hablar de su vida social, se rodeaba de gente desagradable e iba mina tras mina que obviamente, lo chamuyara primero pues era rara la ocasión en la que él se interesará en alguien.

La vida de ambos no tenía muchas chances de cruzarse, el mayor vivía en la provincia de Santa Fe mientras que el menor vivía en la ciudad de Córdoba.

Hasta que entraron en la categoría sub-20 de la selección Argentina.
Habían sido llamados para formar parte de ella por sus desempeños excepcionales y destacados, así que no fue ninguna sorpresa cuando terminaron dentro del mismo equipo.

Al principio, Aimar se acercaba solamente a aquellos que veía extrovertidos mientras que con sus compañeros más introvertidos se limitaba a convivir lo justo y necesario, pues no quería llevarse mal con ellos pero tampoco se veía con las ganas de interactuar pues le resultaba un poco denso y pesado el tratar con gente que era totalmente lo contrario a él.

Y aunque Pablo sostenía ese pensamiento con la mayoría, había uno que se destacaba, precisamente ese era Scaloni.

Primer día de entrenamiento.

Los entrenamientos comenzaron en invierno para que los partidos pudieran tomar lugar en primavera, pues consideraban que esta estación del año era la más óptima para que se lleven acabo las disputas en los campos de fútbol.

La selección se repartía en un gran predio, como si fuera un internado exclusivamente dedicado al fútbol.
Los cuartos en donde vivían los jugadores se compartían entre dos personas, eran bastante pequeños pero acogedores, con decir que tenían que dormir en cuchetas creo que la idea queda bastante clara.
Cada habitación tenía un baño, mientras que la cocina y distintas áreas de recreación eran compartidas para todo el edificio, frente a una especie de living enorme tenían los extensos campos de entrenamiento equipados con todo tipo de elementos para que los jugadores practiquen y mejoren su desempeño.

Por azares del destino, Aimar y Scaloni resultaron siendo compañeros de habitación.

Nos remontamos a una fría mañana, casi madrugada de invierno en la habitación 505.

Eran las 6:30 de la mañana, Scaloni se levantó y bajó de la cucheta dirigiéndose al baño intentando ser lo más silencioso posible para no despertar ni molestar a su compañero de habitación.
Y aunque le resultaba bastante fácil pasar desapercibido, Aimar se despertó ante la sensación de movimiento en la habitación.
Para cuando abrió los ojos, vio a su compañero saliendo del baño con solamente una toalla atada a su cintura, lo cual le permitió echar un vistazo a su físico.