traición ♡ scaloni x aimar.

-17.

El año de espera había llegado a su fin.

Conforme el invierno en Argentina llegaba, el cálido verano del país asiático los recibía con sus altas temperaturas y lluvias ocasionales que les devolvían la vida, agradeciendo por el "fresquito".

El viaje hasta Malasia fue una travesía total, mas de 24 horas de vuelo tuvieron que pasar y eso que era un viaje directo, no querían ni imaginar como sería si llegaban a tener alguna escala de por medio.

Llegaron a la capital del país, el Territorio Federal de Kuala Lumpur.
No tardaron mucho en llegar al hotel donde iban a hospedarse pero ni bien estuvieron frente al edificio, se sintieron completamente diminutos ante la inmensidad de aquel conjunto de concreto.

-Pero que nivel muchachos, que nivel- dijo su entrenador mientras se quitaba los anteojos de sol, dándole una calada a su cigarrillo. -No pensé que nos iban a tratar tan bien-

Sus jugadores lo miraban llenos de incredulidad, cuando estuvieron en Brasil pensaron que habían visto un hotel de gran nivel pero este, este era una cosa totalmente diferente.
Obviamente, si dentro del edificio se hospedaban doce de los veinticuatro equipos que iban a participar en el mundial.
Iba a lograrse un intercambio cultural más que interesante.

Cuando entraron, distintos empleados les dieron indicaciones para que todos pudieran acomodarse en sus respectivas habitaciones las cuales iban a compartir según el mismo orden que tenían dentro del internado, para hacer todo más rápido.

Aunque, aquí entre nos, Scaloni aprovechó la barrera del lenguaje para acomodarse en una habitación que estuviera en los pisos más altos.

-"Todo sea por la cábala"-

Fue la justificación que dio el joven a su entrenador.

Una vez que la noche llegó, los dos salieron al balcón como acostumbraban hacerlo antes de cada partido.
Pablo abrazaba a su novio por la espalda, recargando su cabeza en él mientras cerraba los ojos, dejando que el viento cálido de aquella noche los envolviera.
Estaban en silencio, cada uno metido en sus propios pensamientos, intentando asimilar lo que estaban viviendo en esos instantes y lo que se les avecinaba en un par de horas.

-Siento que tengo todos los órganos al revés- interrumpió el silencio el mayor de ambos, cuando su novio lo escuchó abrió los ojos de golpe.
-Que manera de decir que estas nervioso...- esta vez, quedaron frente a frente. -Todo va a salir bien, ya llegamos hasta acá, es un empujoncito más-
Juntaron sus frentes, el santafesino tenía sus ojos cerrados, intentando buscar la tranquilidad.
-Dentro de nada es nuestro aniversario- Pablo inclinó su cabeza al escucharlo sacar ese tema tan de la nada.
-Sí, en tres meses se cumple un año- acarició el rostro de su novio, el cual se dejó mimar.
-Sin importar qué, voy a tener esa alegría- se miraron a los ojos, la verdad aquel ángulo era bastante gracioso pero en esos momentos solamente lo veían como algo conmovedor.
-Un año desde la mejor decisión de mi vida, Lio, compartirla con vos- y se besaron, dulcemente, como si fuera un tranquilizante para ambos.

Por otro lado, en Argentina, específicamente en la provincia de Santa Fe había llegado una maravillosa noticia al hogar de la familia Scaloni.

-Si los chicos salen campeones, ¡vamos a ir todas las familias a recibirlos al internado de sorpresa!- dijo una de las dos mujeres que se encontraban en el comedor compartiendo una ronda de mates.
-¿Enserio? que lindo detalle, desde navidad que no ve a Lionel, ¿verdad?- contestó la más joven de ambas.
-Sí mamita, no sabes cuanto lo extraño, quiero ir a verlo ya mismo pero es todo un tramite y él no nos permite hacer esos gastos por querer cuidarnos- la mujer hizo una pequeña pausa y miró a su acompañante de aquella tarde -¿Qué te parece si le pedís permiso a tus papis y vas con nosotros?, le va a hacer bien al chiquito verte, seguro se da cuenta del error que cometió al dejarte ir, Elisa- tomó una de sus manos.
-Nada me haría más feliz que eso- la muchacha sonrió calidamente, acariciando la mano de la mujer que alguna vez pudo llegar a ser su suegra.