La rutina se había vuelto a establecer en sus vidas, despertarse, desayunar, entrenar y descansar.
Todos los días, seis días de los siete que hay en una semana.
El domingo era el único que tenían relativamente libre pero terminaban ocupandolo en su totalidad para dormir hasta tarde y seguir analizando a sus futuros contrincantes, simplemente no paraban, había algo en el ambiente que no les permitía enfocarse en otra cosa.Tanto así, que para cuando salieron de aquel tan intenso trance, ya era diciembre.
Scaloni estaba sentado en el comedor, era de madrugada todavía pero se había dormido demasiado temprano así que para las cinco y pico de la mañana ya no tenía sueño alguno.
Mientras desayunaba perdiéndose en sus pensamientos, recordó el cumpleaños de su novio.Eran las nueve de la noche del 2 de noviembre de 1996, inmediatamente habían salido del entrenamiento el santafesino se dio un baño y se dirigió a la cocina.
Sacó huevos, leche, harina, extracto de vainilla y azúcar.
Puso un bowl en la mesada y se quedó contemplando el recipiente...realmente no tenía ni la más mínima idea de cómo hacer un bizcochuelo.-¿Qué andas haciendo Lionelcillo?- le preguntó Ayala, que abría la heladera en busca de algo para comer.
-Y...se supone que un bizcochuelo- ahora lo tenia al lado, comiéndose una manzana.
-Pero si es lo más fácil del mundo papito- lo empujó con su cadera y esta vez él estaba enfrente del bowl con los ingredientes. -Lógica pura, primero los secos y después los líquidos- aquella frase le resultó lo más lógico del mundo al santafesino, así que se pusieron a armar la mezcla como se les hacía más coherente.Una vez la pusieron dentro del molde y a hornear, sacaron la crema que Scaloni les había pedido de favor a los de la cocina que compraran cuando abastecian de despensa al internado.
-Esto es fácil igual- dijo mientras vaciaba la crema en otro bowl metálico y más chiquito.
-Obvio si es mezclar noma'- contestó su compañero de cocina.
-¿Qué hacen de pasteleras ustedes?- llegó otro más de sus compañeros a la cocina, Samuel.
-Es para el cumpleaños de Aimar- sin dejar de batir y batallando para que el recipiente no se moviera le contestó.
-¡Con razón!, ¡que boludo que soy!- Ayala se golpeó la cabeza al caer en cuenta de ese pequeño detalle y se fue a sentar con el recién llegado en las sillas que había por la pequeña isla que se encontraba en medio de aquel sector.Scaloni se reía por la reacción de sus compañeros, ellos no tenían porque saber obligatoriamente del cumpleaños de mañana pero enterarse no tenía nada de malo. Al contrario.
Una vez que después de mucho batallar la crema llegó a su punto justo, la dejó en la heladera mientras esperaba a que el bizcohuelo cumpliera su tiempo de cocción.
Mientras tanto, hablaba con sus dos compañeros que al pasar el rato terminaban siendo más y más que llegaban por la curiosidad de verlos ahí y no durmiendo como era de costumbre.Lionel sacó con mucho cuidado aquel pancito recién hecho, dejándolo encima de la mesada para que todos se pudieran acercar a verlo.
Se escuchó un "waaaaaaao" por parte de todos como si hubieran visto una de las siete maravillas del mundo.
Después de eso, empezaron a llegar las sugerencias. Que lo dejara enfriar, que lo dejara quieto, que así caliente lo sacara del molde, que lo metiera a la heladera, que les diera a probar un pedacito.
Al final lo dejó enfriar un rato antes de desmoldarlo y cuando vieron el resultado, el primero en hablar fue Ayala.-Nah listo que capo que soy- el bizcochuelo estaba levemente quemado de las orillas pero había leudado bien y tenía toda la pinta, ni parecía que había sido hecho por dos boludos guiados por el instinto.
Todavía estaba tibio así que no podían ponerle la crema encima.
-¿Y por qué bizcochuelo?- preguntó otro de sus compañeros.
-¡Porque mañana es el cumpleañitos de Pablo!...¡cabeza de nabo!- Samuel le dio un pequeño sape, como si el no se hubiera enterado hace unos diez minutos de aquel detalle.
Entre más cargoseos entre ellos, nuevamente esperaron para poder empezar a decorar la torta.
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traición ♡ scaloni x aimar.
RomanceUna corta historia que relata la relación de Lionel Scaloni y Pablo Aimar desde su primer encuentro hasta su inevitable reencuentro en la selección Argentina para el mundial de Qatar. ★★★ disclaimer: ● no se absolutamente NADA de fútbol, así que mi...