-11.

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Durante la tarde de aquel mismo día, Aimar y Riquelme se la habían pasado juntos mientras que él llamaba a su familia.

Llamó a sus tías, a sus primos, a sus papás y al último pudo hablar con su hermano.

-¿Cómo estás Lionelcito?- había algo en la voz de su hermano mayor que lograba tranquilizarlo, darle una sensación de alivio.
-Y, ahí ando, pero bien dentro de todo. ¿Vos cómo andas?- aún así, su tono era uno monótono y al borde de lo cansado, ya que llevaba fácil unas tres horas pegado al teléfono fijo del internado.
-Bien, bien por suerte, pero no hablemos de mi ahora porque tengo que preguntarte algo- Scaloni se extrañó al escuchar a su hermano -¿Dejaste a la Elisa? hoy me la cruce cuando fui a ver a mi novia y se me hizo la buenita, viste que nosotros nunca nos llevamos bien- el menor de los dos hermanos dejó salir un suspiro.
-Si, justamente hoy terminé las cosas con ella-
-¡Por fin!, ¡me tenía podrido!- le felicidad genuina del mayor lo hizo reír. -Todo el rato intentando ganarse a papá porque a mamá la pudo engatusar rápido, que mal que me cae porfavor, me alegro mucho que hayas elegido lo mejor para vos Lionelcito- quizás no se había dado cuenta, pero un poco de apoyo después de haber dejado a una persona con la que estuvo durante muchísimos años era lo que necesitaba. -¿Crees que puedas venir a casa?, tenemos un poco de plata ahorrada, te podemos pagar los pasajes sin drama-
-Me gustaría un montón pero se me va a complicar, para cuando comience el verano ni bien nos larguen voy directo para allá, sigan ahorrando esa plata para ustedes que no hace falta que la usen en mi- él sabía que sus papás estaban complicados de salud, cualquier ayuda que ambos tuvieran para alguna emergencia les iba a servir.
-Mmmmmmmh...a mi se me hace que ya traes una noviecita allá y por eso no querés venir- Scaloni se reía, pues en cierta parte era la verdad.
-Ya te voy a contar como es la situación ni bien te vea, no te la vas a esperar- él sabía que su hermano lo iba a apoyar y ponerse de su lado, pues desde que tiene memoria siempre había sido así.

El par de hermanos siguio hablando por un rato más, poniéndose al día con todo lo que había pasado en la ausencia del otro hasta que decidieron cortar la llamada porque el mayor tenía que irse y ocuparse de otras cosas.

Se fue a su habitación y una vez ahí, tomó su cámara para empezar a mirar las fotos del viaje, riéndose y sonriendo cada que un recuerdo agradable se le venía a la memoria.
Siguió avanzando en aquella galería hasta que se cruzó con las fotos de Pablo, las que le había tomado con el atardecer de fondo y en las cuales se había dado cuenta que sentía algo más por él.

Y ahí se le vino la idea de dónde podía proponerle ser su novio.
Revisó el clima pronosticado para la semana y el día indicado caia un martes, 20 de agosto de 1996.
Lo llevaría a tener una cita y una vez el sol empezara a ocultarse irían hasta aquella calle rodeada de árboles y flores para poderle hacer la gran pregunta.
Se hundió en sus pensamientos mientras imaginaba toda la situación, se emocionaba y el corazón comenzaba a latirle fuerte.
Hasta que el sonido de la puerta abriéndose lo sacó de aquel trance y vio a quien más quería en ese momento, a Pablo.
El cual lo abrazó con fuerza una vez había entrado a la habitación.

Escenas +18, ¡leer con precaución♥︎ !.

-Te extrañe mucho y estamos en el mismo lugar- le dijo el menor, llevando sus manos a los hombros de Scaloni.
-Pues acá me tenes, todo para vos- ambos sonrieron y empezaron a besarse.
Los besos iban subiendo cada vez más la intensidad, Lionel cargó a Aimar mientras que este abrazaba su cintura con sus piernas, todo sin dejar de besarse.
Sentó a su compañero en el escritorio que tenían en la habitación, el cual le permitía al más bajito quedar en la altura justa para poder seguir besando al mayor.

Scaloni se separó de su boca para empezar a besar su cuello, por lo que Aimar se detuvo de golpe y alejó lo suficiente para poder quedar cara a cara con él.
-Vos tenes prohibido besarme el cuello, siempre que te dejo me dejas lleno de marcas y ya esta empezando a hacer calor como para usar cuello alto- inmediatamente pudo ver como hacía un pequeño puchero, mientras sus ojos lo veían como un cachorro que había sido regañado.
-Entonces deja que te las haga donde nadie más te pueda ver- comenzaron a besarse de nuevo, las manos de Scaloni fueron hasta el pantalón de Aimar y se lo quitó rápidamente.
Empezó a dar besos por todo su pecho, mientras se ponía de rodillas frente a él.
Pablo se quería morir, ya había perdido la cuenta de todas las veces que se había sentido así desde que lo conoció.

traición ♡ scaloni x aimar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora