-16.

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Año nuevo fue muy caótico, hubo lío por todos lados para que todo estuviera listo para la cena de la noche.

Y aunque todos sus compañeros estaban que se agarraban de los pelos entre ellos, para las diez de la noche sentados en la mesa comenzando a comer se les había olvidado totalmente el enojo que traían encima.
Ni hablar cuando empezaron a festejar después de las doce, finalmente, llegó el año 1997.

1997, año del buey en el horóscopo chino y año en el que la categoría sub-20 finalmente jugaría el mundial que se llevaría acabo en Malasia.

Pasó enero, febrero, marzo, abril entre mas entrenamientos y planificaciones para el viaje, estadía pero nos detenemos brevemente en mayo.

Específicamente el 16 de mayo de 1997, el cumpleaños número 19 de Lionel Scaloni.

Cayó un día viernes así que no pudieron librarse bajo ninguna circunstancia de los entrenamientos, pues justamente aquel día dejaba a un mes de distancia el inicio del mundial.
Aún así, después de mucho rogarle e implorarle a Pekerman, Pablo logró que los dejara salir ni bien terminaran de entrenar.

Aimar le dijo a su novio que se preparara con algo cómodo, armó una mochila con una manta, botellas de agua y un par de camperas por si las dudas.
En el compartimiento más chiquito guardó una pequeña caja de terciopelo azul.

Salieron del internado a escondidas y en silencio pues no querían que sus compañeros notarán su ausencia, más que nada porque Pekerman les puso esa condición para concederles el permiso.
Lionel se dejó guiar por su novio, que se movía por toda la ciudad en busca del destino que tenía en mente.

Llegaron a un mirador que les costó relativamente poco subir pues sus condiciones físicas eran excelentes, había un par de parejas más en donde estaban pero se fueron al lugar más apartado que pudieron encontrar.
El menor dejó caer su mochila, sacó la manta para tenderla en el piso y una vez que ambos se sentaron pudieron observar aquellas impresionantes vistas de la ciudad, como las luces iluminaban cada esquina posible y las personas se veían como hormigas desde aquella altura.

-No es lo mismo que el balcón en Brasil, pero su magia tiene- dijo Pablo mientras apoyaba su cabeza en el hombro del mayor.
-Tiene su magia porque tanto en Brasil como aquí, vi este paisaje con vos- tomó la mano de su novio, acercandola a sus labios para poder darle un beso.

Aquel momento de privacidad entre ellos era algo que hacía demasiado tiempo no habían podido disfrutar, entre lo ocupados que estaban todo el día y teniendo a sus compañeros alrededor constantemente, estar solos de nuevo era reconfortante.

Aimar se separó de su novio y se soltó del agarre en su mano para girarse, abrir el bolsillo de su mochila y sacar la pequeña cajita de esta.
Scaloni lo miraba, extrañandose al ver el objeto entre sus manos.

-Feliz cumpleaños, Lio- sonrió y abrió el pequeño cuadrado aterciopelado, dejando ver dos finas "esclavas" de oro.
El mayor tomó aire ante la sorpresa, pues no era un detalle que se esperaba en lo más mínimo.
Se llevó una mano a la boca para poder cubrir un poco su asombro aunque este fuera imposible de disimular.
-Ay no, no es cierto- dijo mientras tomaba una de las dos pulseras con toda la delicadeza que sus manos le permitían.
Notó que en el frente eran totalmente lisas, pero detrás tenía grabada dos letras, "P.A.", las iniciales de su novio.
-Regalar anillos que no sean los de compromiso y casamiento es de mala suerte- el menor tomó la pulsera entre sus manos, haciéndole señas para que el mayor le permitiera colocarsela -Y creo que levantaría demasiadas sospechas, así que, ¿qué mejor que una pulsera que combina con todo? y obvio, con mis iniciales para estar siempre a tu lado- hablaba mientras terminaba de acomodar el accesorio en la muñeca de su pareja.

traición ♡ scaloni x aimar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora