traición ♡ scaloni x aimar.

-24.

Para el momento en el que ambos se retiraron, tenían dos perspectivas sobre el futuro.

Lionel, sabía que inmediatamente su tiempo en la cancha como jugador llegara su fin, encararia para ser Director Técnico.
Incluso antes de retirarse, se capacitó para el puesto y comenzó aquella nueva carrera también en equipos europeos.

Pablo, pensó en mudarse con su familia a Córdoba y disfrutar de su retiro.
Pero no pudo rechazar bajo ninguna circunstancia cuando le ofrecieron ser el Director Técnico de la categoría sub-17.
Así que en conjunto a su esposa y ahora cuatro hijos, decidieron comprar una linda casa de vacacional en la provincia cordobesa y seguir viviendo en la capital.

Argentina, 2018.

¿Realmente existió el mundial de Rusia 2018?.

Para la mayoría de argentinos y por qué no, latinoamericanos, aquel evento no había sido más que un sueño o alguna especie de histeria colectiva. 

¿Alguien genuinamente recordaba que ese torneo se llevó acabo?.

Sí, había alguien que lo recordaba y esa persona era Lionel Scaloni.
Que logró su objetivo después de tener que lidiar con equipos de otro continente, estar en el cuerpo técnico de la selección argentina.

Aunque con un perfil bajo tal y como había acostumbrado a manejar, ya que su posición era la de analista de rivales.
Lo cual no le podría quedar mejor para los planes que tenía en un futuro.

Recuerda que después de la dolorosa participación de su país en aquel mundial, había un ambiente tenso e incómodo entre absolutamente todos los integrantes del equipo argentino.
Desde el primer jugador hasta el último guardia de seguridad con el que se manejaban.

Todavía recuerda como tuvo que hacer de mediador en las discusiones en las que se metía el Director Técnico de esos tiempos, Jorge Sampaoli, incluso recuerda que los propios jugadores planeaban tener una especie de golpe de estado contra él.
A veces soltaban la idea entre chistes, otras con un semblante tan serio que en cualquier momento le buscaba un helicóptero al pobre Sampaoli, que no sabía ni dónde meterse ni mucho menos qué decir.

La cuestión es que aquella revuelta no pudo concretarse ya que ni bien la selección Argentina salió del mundial en la instancia de octavos, renunció.
No soportó la presión, las críticas, el desprestigio de los medios sumado a la gran impotencia que se adueñó de su ser al no poder ni siquiera tocar los cuartos de final.

La AFA era un lío, los teléfonos se reventaban de llamadas, gritos por aquí y por allá, insultos por todas partes y gente celebrando que haya renunciado porque no había traído más que miseria al fútbol argentino.

Quizás y solo quizás, aprovechó ese pequeño quiebre en las psiquis de los directivos que ahora tenían que lidiar con que el equipo no tuviera alguien que los dirigiera, pero consiguió seguir metido en la selección Argentina con una pequeña pero específica condición: estar en la etapa de juveniles.
Le dijeron que sí, pero que solo no lo iba a hacer.
Cuando preguntó a qué se referían con aquella respuesta; solamente le dijeron:

"-No tenes por qué saber más de lo necesario, pibe. Ya escuchaste el sí. No cuestiones más-"

Claro, ahí estaba ese desprecio ya que su carrera fuera de las canchas recién comenzaba, era como volver a tener diez años cuando su primer entrenador tomaba decisiones por él sin darse el tiempo de explicarle ya que era un simple "pibe".

Todas aquellas pequeñas acciones lo llevaron a la conferencia en la que estaba apunto de participar, entró, saludó a la gente que tenía cerca y se sentó en el lugar que tenía asignado.