Cap. 46: Unas simples palabras.

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Luego de unas semanas... ocurrió un suceso que marcó por completo la vida de Eitan, por supuesto también la tuya, pero... en fin, supongo que, ya que él fue testigo de todo, debió haberle afectado mucho más a él. Grisha escapó del centro en el que recibía atención psiquiátrica, sí, desde ahí estamos mal, y cuando las autoridades alertaron a la familia de ella, Johan corrió hacia tu casa pensando en la posibilidad de que ella pudiera hacerte algo, Eitan lo vio correr con desesperación hacia ahí, así que lo detuvo por un momento para preguntarle la situación, tenía un mal presentimiento, y luego de que Johan le contara lo sucedido con Grisha, ambos corrieron hacia tu casa.

Y entonces la encontraron, en el centro del pueblo mientras caminaba hacia la misma dirección que ellos, y cuando ella vio a Eitan al lado de Johan, enloqueció, ya que Eitan había roto la promesa que le había hecho, y Eitan, él se congeló cuando la vio, deseó dejar de tenerle miedo para poder protegerte, pero en ese momento no fue capaz ni de protegerse a sí mismo y solo vio cómo un cuchillo se dirigió hacia su cara rápidamente hasta que Johan lo detuvo con las manos desnudas y las cuales pronto comenzaron a escurrir sangre.

Johan reprimió sus ganas de llorar por el dolor y trató de interponerse entre los ojos de Grisha y Eitan—. ¡Grisha! ¡No! ¡Detente! ¡Esto no está bien! ¡No lo hagas, Grisha!

—¡Él rompió su promesa primero! ¡Ignoró lo que le dije! ¡Él es amigo de Lucía! ¡Ellos dos intentan alejarte de mí!

—¡Yo nunca he pensado en abandonarte!

—¿¡Entonces por qué nunca me fuiste a ver!? ¡Ellos te dijeron que te deshicieras de mí, ¿no es verdad?!

—¡No, eso no es cierto!

—¡No trates de engañarme, Johan! ¿¡Por qué intentas abandonarme!? De haber sabido que pasaría esto, los habría matado mucho antes, ¡así que quédate fuera de esto! ¡Todo lo que tienes que hacer es quererme!

Las personas comenzaron a juntarse, si se acercaban un poco, se darían cuenta de la sangre que salía de las manos de Johan, y eso alertó un poco a Grisha, fue entonces que Johan vio ese momento como la oportunidad de que Eitan huyera.

—¡Corre! —le pidió.

Grisha miró a Johan dolida—. ¿Por qué...? ¿Por qué estas preocupado por él? —Alejó el cuchillo de Johan y se quedó en silencio por unos segundos, entonces volvió a apretar el mango del cuchillo y esta vez lo dirigió a la palma de su mano izquierda para herirse a sí misma.

—¿¡Qué estás haciendo!? ¿¡E-estás bien!?

Ella sonrió y extendió su mano hacia él—. ¡Mira, Johan! ¡Estoy lastimada, ¿lo ves?!

—Grisha...

—Te vas a preocupar por mí, ¿cierto? ¡Ahora dime que no me abandonarás! ¡Abrázame! Entonces... no mataré a Eitan, dame una razón para volver a creer en ti. —Dejó caer el cuchillo.

Eitan se agachó lentamente y apretó los puños para inspirarse de valor y dirigir su mano hacia el cuchillo y tomarlo—... ¡Johan! ¡Tengo el cuchillo! ¡Así que sujeta a tu hermana!

—¡Dámelo! —gritó Grisha y trató de lanzarse sobre Eitan, pero Johan la detuvo—. ¡Te voy a matar! ¡Te mataré!

—¡No! ¡Grisha! ¡Por favor detente! —le pidió Johan.

—¡Suéltame! —Lo empujó lo suficientemente fuerte como para que él cayera hacia atrás y su cabeza chocará con el filo de una pared.

Las calles se llenaron de bullicio, gritos de señoras llamando a la policía o alguien que pudiera encargarse de aquello, Eitan y Grisha solo pudieron ver cómo Johan se convulsionada tras el golpe en la cabeza, y luego de unos momentos, el cuerpo del castaño se detuvo y sus ojos permanecieron blancos. Grisha tomó el cuchillo que Eitan había tirado luego de escuchar a un hombre decir que Johan había muerto tras tomar su pulso, y ella se dispuso a acuchillar a cualquiera que tuviera enfrente, y Eitan no pudo hacer nada, cayó al suelo paralizado por el miedo, viendo cómo las personas que eran alcanzadas por Grisha caían una tras otra.

La eternidad en un mar de estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora