Cap. 51: En un psiquiátrico, hay dos tipos de personas.

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(Universo 2, E10, 47 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Cierto día especial, los pacientes de buen comportamiento salieron del hospital psiquiátrico para disfrutar un día de libertad, uno de ellos fue el falso doctor, y mientras éste caminaba hacia la salida acompañado de sus amigos, Erika le pasó discretamente un papel un instante después de que lo revisaran y estuviera a punto de atravesar la puerta. Al anochecer, Casper miró en silencio a Erika haciendo abdominales en el suelo, se preguntaba la razón por la que se dedicaba tanto en fortalecer su cuerpo, si de todas formas cualquier cosa que preparara sería inútil contra los enfermeros y sus jeringas con sedantes. Pero además de eso, había otra cosa que la causaba curiosidad a Casper.

—¿Cómo lo supiste? Lo de la mamá de Eli.

—Pensé que quizás mi madre estuviera así. —Erika se enderezó y se sentó en la orilla de su cama—. Después de habernos separado siendo niña... la razón de que nunca me visitara, es porque ella lo sentía, temía que yo no la perdonara por «abandonarme».

—... Entonces, ¿fuiste enviada aquí por tu padre? Me refiero a cuando eras niña.

—Sí. Algo así. —Resopló—. También esta vez, supongo. Volví aquí para el funeral de mi padre, fue entonces cuando fui arrastrada aquí.

—¿Y dónde estás intentando ir?

Ella le sonrió y luego se tiró sobre su cama—. Cuando despiertas, ¿alguna vez te has visto rodeado por la noche?

Casper la miró confundido.

Después de un tiempo tranquilo, Erika volvió a causar problemas. La persona que recibió el papel que mandó con el falso doctor había llegado. Erika corrió lo más rápido que pudo para tratar de encontrarse con esa persona, pero los enfermeros la atraparon y la golpearon con sus macanas con mucha más fuerza que de costumbre, luego le inyectaron un tranquilizante y se la llevaron arrastrando, luego otros dos enfermeros llegaron apresurados a limpiar el rastro de sangre que fue dejando el cuerpo de Erika.

Casper lo vio, al hombre que Erika quería ver, aquel hombre llegó a la entrada del hospital preguntando con desesperación por su amiga.

—No puede venir sin un pase de visitante —le dijo una enfermera.

El hombre se aferró a los barrotes del portón—. Lo sé todo. ¿¡Dónde está Erika Sherman!?

—Esa paciente no está aquí.

—¡No mienta! ¡Ella no está loca! ¡No debería estar aquí!

—Ella no está aquí.

—¡Erika! ¡Erika! ¡Erika, soy Saúl! ¡Erika!

Casper se acercó unos pasos con la intención de decirle que ella se encontraba ahí, pero el enfermero Dresdner se puso frente a él y sacó unas tijeras para hacerlo retroceder. Al final, el amigo de Erika se marchó sin poder hacer nada para ayudar a que su amiga saliera de ahí.

Casper, el abuelo Tom y el resto, se quedaron afuera de la habitación en la que tenían amarrada a Erika en una camilla, estaba cubierta de golpes y había sangre por todo el suelo, pero no podían llevarla a que trataran sus heridas porque una vez los calmantes se disipaban, ella se ponía agresiva y golpeaba a los enfermeros, una de sus víctimas fue el enfermo Dresdner, quien fue mordido por ella y perdió un trozo de carnita de su brazo, luego de eso, Erika recibió inyecciones cada dos horas.

Cuando por fin la liberaron, ella estaba sumamente débil, tenía que caminar agarrándose de las paredes y con una bolsa de suero conectada a su brazo. Esa misma noche, Erika tuvo un especie de ataque, luego de que llegara una ambulancia por ella, el enfermero Ryman le explicó a Casper que el manicomio aprovecharía el viaje de Erika al hospital para que ella fuera atendida con iridectomía para tratar su glaucoma, aunque podría haber sido demasiado tarde para operarla debido a su baja temperatura.

La eternidad en un mar de estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora