Cap. 59: Una simple chica acomplejada.

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(Universo 2, E10, 61 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Dos años más tarde, luego de que Simona, Jano, Casper, Bastián e Ilhan fueran a una ciudad llamada Téras para terminar con las vidas de una organización de personas con poderes que querían proteger las vidas de las familias adineradas, obviamente por el dinero que estas le daban a cambio de su protección, Casper escuchó entre los pensamientos de las personas de esa ciudad, la existencia de una niña con un extraño poder a la que le deseaban la muerte.

—Simona, ¿puedo ir a verla? —le preguntó Casper, luego de que le contara sobre esa niña.

Ella arqueó una ceja—. Que extraño. Tú nunca te interesas en otra cosa que no sea Tahiel o Vanesa, ¿por qué quieres ir a verla?

—Las personas no dejan de llamarla «monstruo», parecen más preocupados porque nosotros nos vayamos sin matarla que por el hecho de que acabamos de matar a la familia adinerada en turno junto con la organización que los protegía. Ella puede ser un buen aliado, ¿no crees? —dijo con una sonrisa—. Si causa tanto temor debe de ser porque posee un poder extraordinariamente fuerte.

—O más bien peligroso —opinó con dureza—. ¿Qué pasa si no podemos lidiar con él?

Hizo una sonrisa de lado—. ¿Crees que haya alguien con un poder capaz de vencer a Jano, Bastián e Ilhan juntos?

—Querrás decir Bastián e Ilhan. Yo planeo largarme de aquí ya, y obviamente Jano viene conmigo.

—Uhm —, hizo una mueca—... pero si ustedes se van solos estoy casi seguro de que escaparán, y Tahiel me va a matar... iré yo solo...

—¿Seguro? —le preguntó Ilhan—. Si quieres yo te acompaño y que Bastián se vaya con Simona y Jano.

Basilisa asintió.

Casper negó con la cabeza—. Solo juntando el poder de ustedes dos es posible detener a Jano cuando Simona aumenta su poder, si solo es uno de ustedes, Jano los hará puré. Ya me las arreglaré yo solo.

Ilhan se encogió de hombros—. Vale... ten cuidado.

Siguiendo los pensamientos de las personas, Casper se guio hasta una casa de dos pisos de color verde oscuro con portón negro, entre las decenas de pensamientos que se preguntaban por su presencia ahí, Casper escuchó uno mucho más amable y tranquilo, pero lleno de preocupación, proviniendo de la casa verde, entonces soltó una sonrisa y presionó el timbre de la casa, esperando encontrarse con el autor de aquellos amables pensamientos.

Un hombre de cabello negro, con algunas ya notorias canas, y profundos ojos azules, abrió el portón con una amable sonrisa—. ¿Es qué puedo ayudarte?

Se trataba del señor Hugo Rangel, aquel hombre que en el futuro invocaría nubes para potenciar el poder de Ilhan.

—Uhm... solo... ¿cómo me explico? —dijo Casper rascándose la cabeza.

—¿Quieres pasar?

—Si no es mucha molestia...

—Claro que no, no he tenido visitas desde... desde hace tanto que no puedo recordar. —Sonrió torpemente.

El hombre llevó a Casper a la sala y lo sentó en un sillón café ubicado enfrente de otro de igual color pero más grande, en donde se hallaba sentada una jovencita quien no parecía muy a gusto con la presencia de un extraño en su casa, luego de que el señor Hugo se dirigiera a la cocina junto con su sobrina para prepararle té y galletas a su invitado, Casper miró con curiosidad las paredes de la sala, estaban llenas de dibujos enmarcados, los más simples y coloridos hechos con rayones de crayolas, retrataban a una niña con «yo» escrito debajo de ella, dos hombres, uno con «papá» debajo de él y otro con «tío Hugo», y una mujer con «mamá», pero con forme los dibujos iban mejorando, se iban haciendo cada vez más grises, y desaparecieron «mamá» y «papá» de ellos.

La eternidad en un mar de estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora