Cap. 50: El regalo de Erika Sherman.

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Unos días después, Casper se vio harto de estar ahí, no aguantaba más la comida insípida ni ver cómo los demás pacientes eran salvajemente golpeado por el enfermero Dresdner u otros, o de ver cómo los pacientes empeoraban cuando visitaban varias veces el cuarto de aislamiento, Casper estaba muy asustado de terminar como ellos, además de que extrañaba su casa, y ya que él desconocía que su padre había muerto también, pensó que todavía tenía un lugar al cual ir afuera, solo tendría que pedirle perdón de rodillas a su padre y suplicarle que lo dejara vivir con él, al menos hasta que pudiera tener un trabajo del cual sustentarse, pero antes de eso, debía salir.

Encontró su oportunidad una mañana después del desayuno, cuando vio el carro de la ropa sucia sin nadie cerca, entonces se metió en él y se cubrió de ropa para ocultarse por completo, poco después, sintió cómo depositaban más ropa sobre él y el carrito comenzó a avanzar, pero entonces, sintió algo moviéndose por su brazo y cuando movió un poco de la ropa de encima para que entrara luz y pudiera ver lo que era, se percató de que era una cucaracha y salió del carrito asustado... fue así que fue descubierto por el enfermero Dresdner.

Luego de que el enfermero llamara a gritos a los guardias de seguridad mientras perseguía a Casper, Casper fue capturado rápidamente por los guardias que no tardaron ni un segundo en golpearlo con macanas hasta que le abrieron algunas viejas heridas que le habían hecho en la escuela, pero en lugar de llevarlo a que le atendieran esas heridas, el enfermero Dresdner comentó que el cabello de Casper estaba demasiado largo, tanto que lucía como una señorita, así que lo llevaron a los baños para cortarlo, solo que... Casper no tenía muy buenos recuerdos de las tijeras, la última vez que había visto unas, las vio enterradas en la garganta de su madre, así que desarrolló una especie de fobia, y esto era conocido por el enfermero Dresdner, fue justo por eso que quiso cortar su cabello.

Casper trató con todas sus fuerza de alejar las tijeras de él, aún pese a sus múltiples heridas, siguió pataleando y tratando de huir, tuvieron que agarrarlo entre varios guardias para poder inmovilizarlo, y el enfermero Dresdner le metió un trapeador en la boca para callar los gigantescos gritos que pegaba.

Luego de haber quedado inconsciente con el fuerte olor del limpiador que impregnaba el trapeador que le retacaron en la boca, Casper abrió los ojos y se vio recostado en la cama de su habitación, se tocó la cabeza y sintió su cabello igual de largo, entonces se giró y miró hacia la cama de Erika, ella estaba volteando hacia la pared, dejándole ver a Casper las manchas de sangre que se encontraban pintadas en su espalda, y entonces supuso que ella debió de haber armado de nuevo un lío mientras se hallaba inconsciente y eso fue lo que le permitió librarse de que le cortaran el pelo.

Unos minutos después, Erika sintió la mirada de Casper y se dio la vuelta para quedar de frente a él—. Señorita Benzai, buenos días... hey, ¿te gusto, pequeño? Ya que no puedo dormir, ¿deberíamos ir a una cita? —preguntó con una sonrisa a la vez que le guiñaba un ojo.

—Chica rara —musitó Casper mientras le daba la espalda.

Unos meses más tarde, cuando llegó la hora del almuerzo, Casper vio llegar a Erika con un abuelito en su espalda, ella lo depositó en una silla junto a Casper, y ella se sentó enfrente de él, poco después, llegó a sentarse junto a ellos el falso doctor que les dio el tour por el hospital.

—Veo que el abuelo Tom encontró un nuevo caballo —dijo el falso doctor mientras se reía de Erika.

—¿Caballo...? Ah —, Erika le dio una mirada al abuelo Tom—, entonces Willy es el nombre de su caballo. No para de llamarme así.

—El abuelo Tom se encargaba de cuidar de los caballos en la hacienda donde trabajaba, Willy era el nombre de su caballo favorito, perdió la razón luego de que éste muriera. Felicidades, eres la nueva Willy. Por cierto, ¿recuerdan al músico callejero? Luego de que fuera iluminado por la terapia choques, comenzó a ver cosas que el ojo de un simple mortal no puede —, le sonrió a Erika—, escuché de él que tú eres un encendedor. Él estaba feliz de conocer a alguien de su clase

La eternidad en un mar de estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora