Cap. 66: Si fuese a morir mañana.

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Faltaban 14 días para mi cumpleaños cuando lo recordé, el día que conocí a Dave, después del incomodo momento que pasamos en su habitación, entre lloriqueos repitió varias veces el nombre de «Rainer Hatadi», ese era el nombre de un amigo suyo que al parecer se enamoró de él, tal vez era solo una coincidencia, pero el amigo de Dave compartía apellido con Robin y quizás investigar más sobre ello nos podría dar algunas pistas.

Luego de haberme iluminado, comencé a hacer mi búsqueda, pregunté por Dave L. Zegers en muchísimos lugares, pero nadie lo conocía, y es obvio, él prácticamente vivió toda su vida con los Laughton, y sus únicos familiares fuera de esa mansión eran sus abuelos quienes vivían en otra ciudad que yo desconocía, así que, o Dave regresó con sus abuelos... o volvió a alguna azotea. Seguí buscándolo en hoteles, bares y cualquier lugar que se me ocurriera, pero con forme fueron pasando los días, aunque no quisiera, tuve que empezar a buscar también en hospitales, o en las calles preguntando por algún suicidio.

A 8 días de mi cumpleaños, Alan y yo comenzamos a preparar algunas cosas para volver a Kleidi por dinero, y ropa también, el clima comenzaba a calentarse un poco más y necesitábamos ropas más ligeras. Yo estaba feliz de volver porque podría ver a mamá Sandra y a ti después de casi un mes, incluso le dije a Alan que bien y podríamos estarnos en casa del supervisor una semana y luego volver, pero... tocaron la puerta de nuestra habitación una tarde y me dijeron que había una llamada para mí.

Cuando bajé a la recepción del hotel para atenderla, escuché de la voz de una enfermera que uno de los pacientes de su hospital había solicitado mi presencia, y bueno, tuve que decirle a Alan que regresara solo a Kleidi, porque yo estaba a punto de averiguar la información más importante que nos llevaría a encontrar a REVENISH. Despedí a Alan en el paradero de autobuses cerca de las 4:00 de la tarde, y luego corrí al hospital y busqué la habitación 306, crucé la puerta y lo vi ahí, Dave estaba recostado en una camilla con un tubo conectado a su brazo.

—Quería volver a verte, pero no así— le dije mientras me sentaba en una silla al lado de él.

Él esbozó una sonrisa—. De ser posible, me hubiera gustado que no me vieras así, de hecho, habría preferido no volver a verte, ni siquiera puedo mirarte a los ojos después de... tú sabes...

Fruncí el ceño—. ¿Qué? ¿Sabes cuán preocupado estaba por ti? No digas que no querías volver a verme, además lo que pasó —miré hacia otro lado cuando me sentí incómodo al recordarlo—... vale, no fue de mis mejores experiencias, pero tampoco es como que te haya odiado por eso, viéndolo por el lado bueno, mi autoestima mejoró al pensar que soy atractivo hasta para un hombre.

Dave soltó una carcajada—. No te lo tengas tan creído, en realidad no eres mi tipo.

Chasqueé la lengua—. Así que solo querías algo de una noche, ¿uhm?

—¡Claro que no...! Yo ni siquiera soy gay... o bueno... no lo sé...

—¿Por qué me pediste venir? —pregunté entre risas.

—Eso —me miró a los ojos, con una determinación que no sabía que él podía tener—... tengo un favor que pedirte.

—Claro.

—Pero antes de eso, si no es mucha molestia, ¿podrías venir a visitarme todas las tardes? Quiero contarle a alguien lo que pasó con Rainer, tú no pareces ser prejuicioso y realmente necesito que haya alguien que recuerde a mi amigo del mismo modo que yo lo hago, no como un «asqueroso marica».

—Seguro —me encogí de hombros—, no tengo nada mejor que hacer, pero deja de hablar como si fueras a morir. Ah, hay algo que quería preguntarte.

—¿Qué pasa?

La eternidad en un mar de estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora