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Stella Harrington

No tenía que pensarlo ni un segundo, hemos pasado por tanto que lo único que deseo es estar con Eddie por el resto de mi vida.

La he cagado un montón de veces, pero Eddie sigue aquí, esperó por mí, sufrió por mí y sé que quizá lo mejor sería alejarme, pero no puedo, intente dejarlo una o dos veces y me fue imposible.

No tengo duda de que si quiero morir de amor, sería un placer que fuera Eddie el culpable.
Es el único ser al que he amado con tanta intensidad, el único que me ha hecho sentir tantas cosas con solo mirarme.

Sentir su toque, escuchar el latido de su corazón antes de dormir, ver miles de atardeceres juntos o sentir el aire golpear nuestras caras cuando viajemos por carretera, eso y más lo quiero solo con Eddie.

El lo mejoró todo y pude darme cuenta de que sin él, no soy nadie. Sé que aprendería a vivir sin él, pero jamás volvería a ser la misma, en un año no pude superarlo, no quiero ser infeliz de nuevo.

Quise darle una gran respuesta, pero la voz me falló y solo pude decir que...

-Sí -asentí y sonreí.

-¿sí? -repitió.

Asentí con emoción y me lancé a sus brazos una vez más, mi cuerpo se sintió en calma, todo regresaba a la normalidad y eso me daba paz.

-perdóname -musitó apenado.

-¿Por qué? -negué con la cabeza.

-por hacerte esperar, por querer olvidarte -acarició mi cabello.

-Eddie, no te disculpes, hacemos cosas estúpidas por la gente que amamos, yo me fui de Hawkins -hice una mueca y me encogí de hombros.

-te amo, Stella Harrington, no sabes cuanto.

-Te amo, Edward Munson.

Nos quedamos unos momentos más abrazados, sentir la calidez de su pecho era lo más reconfortante.

-quiero estar así para siempre -besó mi mejilla.

-lo estaremos, pero sigo molesta por lo de Metallica -reí.

-un día antes del concierto pensé en no ir -suspiró.

-era broma Eddie, no estoy molesta -lo guíe hasta el sofá y nos sentamos.

-Estaba recargado en la puerta de mi habitación...

-Eddie... -interrumpí.

-shhh -puso su dedo índice sobre mis labios-, déjame terminar -dijo serio.

Asentí y me recargué en su hombro, posiblemente rompería en llanto con lo que diría, pero lo escuché.

-lloraba con los boletos en la mano, quería romperlos o quemarlos, pero sabía que a ti te hubiera encantado asistir, así que lo hice, tomé mis cosas y fui, pero no quise darle el otro boleto a otra persona porque ese lugar era tuyo y prefería mil veces estar solo a que alguien más ocupara tú lugar.

Pequeñas lágrimas se deslizaban por mis mejillas, estaba tan arrepentida y molesta conmigo misma, si lo hubiese escuchado tendríamos un recuerdo hermoso en ese concierto.

-perdón -lo miré.

-nono -negó con la cabeza-, solo quiero que sepas que nadie se compara contigo, que para mí no hay nadie más que tú -acunó mis mejillas con sus manos-, Stella Harrington, nadie ocupará tú lugar, jamás.

-Eddie -me acerqué a él-, eres un cursi -reí.

-tú eres la culpable -me acusó.

Depositó un cálido y dulce beso sobre mis labios necesitados y sonrió. Volver a sentir sus labios suaves y dulces era tan maravilloso.

My Heart | Eddie Munson | Terminada ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora