Lionel llegó a su casa con el corazón a mil por hora. ¿Acaso se había vuelto loco?En el momento que Julián le había pedido invitar a Enzo, actuó antes de pensar, algo impropio de él.
En parte seguía con culpa, sentía que estaba traicionando a su difunta esposa. Necesitaba hablar con alguien para aclarar sus pensamientos. Solo habían pasado horas desde el comienzo del día pero se sentían como años.
Tomó su celular, buscó en sus contactos y llamó.
Sonó unas cuantas veces hasta que por fin atendieron.
– Lioooo, que lindo que me llames – habló casi a los gritos Ángel – ¿Cómo estás?
– Angelito, que tranquilidad me da escucharte, hermano – contestó Lionel acomodándose en el sillón de su casa. Estaba observando cómo Juli estaba dibujando – aca ando, con ganas de charlar un rato… ¿Vos cómo andas?
– Acá ando, Mía me está haciendo una sesión de maquillaje, creo que estoy quedando divino – le comentó Ángel riéndose.
Charlaron un rato más, hasta que Ángel se percató de que algo raro le pasaba a su amigo.
– ¿Estás bien vos?, en serio te pregunto…
Lionel dudó en poco si contarle o no, era una estupidez, parecía el problema de un chico de quince años. Haber hablado con Ángel ya se sentía suficiente para él.
– Una estupidez la verdad, no me hagas caso – le contestó intentando huir de ese tema.
Quisiera o no hablar, el reloj corría y cada vez faltaba menos para que Pablo y Enzo entrarán por la puerta de su casa.
–Dale – le insistió Ángel – no me hagas rogarte.
– Bueno, está bien, te voy a contar pero no te rías – le dijo Lionel.
Se levantó y se escondió en el baño para hablar, no quería que Julián lo escuchara. Podía tener cuatro años pero entendía todo.
– Creo que me gusta alguien – soltó casi como si le estuviera confesando un pecado a un cura.
Del otro lado, silencio.
– ¿Hola? – Lionel miró la pantalla de su celular para constatar que la llamada no se hubiera cortado – ¿Me escuchas?
Una carcajada por parte de Ángel lo aturdió; tuvo que alejar el teléfono de su oreja.
– ¿Tanto quilombo para decirme esto? – Ángel continuaba riéndose.
– Dale, no seas así, no te cuento más nada – lo amenazó.
– Está bien, perdón, me calmo – Ángel se tranquilizó y volvió a un tono más serio – no pero, dale, en serio, ¿Cuál es el problema que te guste alguien?
– Es que… – a Lionel le costaba encontrar las palabras – siento que la estoy traicionando – dijo refiriéndose a su esposa.
– ¿Traicionando? Lío… se fue hace años, sos un hombre soltero y tenés derecho a disfrutar tu vida… – Lionel asintió para sí mismo – no te límites ni te quites la felicidad, aparte, está bueno que Juli pueda tener una figura femenina en su vida.
Está vez el silencio vino por parte de Lionel.
– Es un hombre – dijo rápido y sin vueltas.
– ¿Eh? – Ángel se levantó y le pidió a su hija que le diera un momento – ¿En serio? ¿Quién es? ¿Alguien del trabajo? – lo estaba bombardeando a preguntas – Ya sé, tu compañero del trabajo, Alejandro.
Lionel estalló en una carcajada al imaginarse con su compañero. El Beckham argentino no era su tipo.
– No, no – no podía parar de reír – no es él – hizo una pausa y continúo – no creo que lo conozcas, ni yo lo conocía hasta hoy. Es el nuevo maestro del jardín de Juli – lo último lo dijo en voz baja por miedo a que su hijo lo escuchara.
– Para, para, me estás diciendo que te gusta alguien que conociste hoy mismo – Ángel no podía creer lo que escuchaba – no sé porqué me sorprende, a la mamá de los nenes le pediste que se fuera a vivir con vos a los días de conocerse, la paciencia en el terreno amoroso no parece ser lo tuyo.
Lionel negó al recordar aquello. Era verdad, podía ser muy impulsivo si se lo proponía.
– La cosa acá es que no se que hacer, ¿Lo encaró? – Lionel estaba sentado en el borde de la ducha, espiando de vez en cuando que estaba haciendo Julián.
– ¡¿ A mí me preguntas ?! – le contestó Ángel.
– No tarado, a mi otro amigo que también está en la llamada – respondió sarcástico.
– A ver, yo diría que vayas con calma, ¿Está soltero?
Aquella pregunta lo bajó a tierra de golpe. Estaba tan enfrascado pensando sobre su situación que no se preocupó en saber el estado civil de Pablo.
La charla con Ángel continuó unos cuantos minutos hasta llegar a su fin. Su amigo terminó la llamada con la promesa de ir a visitarlo pronto y le pidió encarecidamente que lo mantenga al día con su conquista amorosa.
Se sintió infinitamente más tranquilo luego de la charla, su amigo sabía escucharlo.
Constató la hora y se puso manos a la obra. Acomodó y limpió la casa, compró la comida para la cena y un buen vino.
Preparó a Juli, lo baño y lo cambió.Una vez todo estuvo perfecto, se arregló. Se cambió y descambio varias veces, quería estar perfecto. Se puso su perfume favorito y se miró al espejo tantas veces como pudo.
Cuando escuchó el timbre se agitó.
"Tranquilo y relajado" se repetía mentalmente mientras caminaba hasta la puerta.
Ni bien abrió y vio a Pablo sintió una presión en el pecho.
Estaba hermoso. Cuando se acercó a saludarlo pudo oler su perfume y apreciar de cerca los rulos del castaño. Quería hundir sus dedos en aquella cabellera.
Juli y Enzo se fueron a jugar de inmediato, Lionel sabía que no iban a tener ningún tipo de problema con los chicos.
Se olvidó del nerviosismo y sacó su lado más galante. No quería verse tímido frente a él.
Cuando ofreció tomar vino, por un momento, pensó que Pablo no iba a acceder pero al final sí lo hizo.
De fondo se escuchaba música tranquila, algo de Spinetta. También se había encargado de prender algunas velas aromáticas.
Pablo sonreía con timidez y Lionel estaba cada vez más perdido en sus ojos.
– Que linda decoración – le dijo Pablo señalando un cuadro que estaba colgado en una de las paredes del living.
– ¿Te gusta? – Lionel sonrió – no lo elegí yo, mi hijo mayor fue.
– Tiene muy buen gusto.
La tensión entre ambos se podía sentir a kilómetros.
Lionel no podía dejar de observar a Pablo y este se ponía más y más rojo.
Hablaban de cualquier cosa; del trabajo, de la mudanza, de todo un poco. Lionel fue llevando la conversación hasta donde él quería.
–¿Y tu esposa? – preguntó casi al pasar, como si del precio del pan se tratara.
– No, no – negó rápidamente Pablo – estoy separado.
Lionel no pudo evitar sentir felicidad cuando escuchó aquello.
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Y por acá lo dejo.
Les juro que intentó ser sería con la historia pero no me sale. Cuando menos se los esperen les meto a Ota y al Papu bailando y fumando porro JAJAJAJA
Gracias por leer ❤️
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corazón frágil (Scaloni x Aimar)
FanfictionLionel es padre soltero luego de quedar viudo. Vive solo con su pequeño hijo Julian de cuatro años. Un día, Lionel lleva a Julián al jardín de infantes y se encuentra con que la maestra del niño no estaba más, en su lugar, un joven hombre llamado P...