Capítulo 11

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Tanto Lionel como Pablo quedaron en un estado de shock. 

Lionel se sentó en la silla más cercana y se quedó en silencio, con la mirada perdida.

Pablo se llevó las uñas a la boca y comenzó a morderlas; no podía dejar de mirar a su hijo mayor. 

Paulo y Cristian no entendían nada, se miraban confundidos. 

–Eh… ¿Qué está pasando acá? – le preguntó Paulo a su padre. 

Lionel no sabía qué contestar, no le había contado nada a su primogénito sobre Pablo, era una "sorpresa" 

–Un gusto – dijo Pablo con una sonrisa– soy el maestro del jardín de Juli y bueno, el papá de Cristian.

Pablo se apresuró a hablar, más tiempo en silencio iba a resultar aún más extraño.  

–El tema es que Juli y Enzo se hicieron amigos – comenzó a explicar Pablo – así que siempre traigo a Enzo a jugar…

Lionel observaba a Pablo estupefacto, le estaba mintiendo a los chicos; más bien les estaba ocultando información. 

–¿Juli hizo un amigo? – preguntó con una sonrisa Paulo – y encima tu hermanito, me muero.

–Así que ese famoso Juli del que tanto me habla Enzo era tu hermano– dijo riéndose Cristian– no lo puedo creer. 

Pablo sonrió nervioso. Aprovecho para saludar bien a su hijo. Abrazó a Cristian con fuerza.

Conectó su mirada con la de Lionel durante un segundo, fue en ese momento que el mayor supo que Pablo no estaba dispuesto a contar cómo eran las cosas en verdad.

–Si si, una locura – dijo Lionel con una sonrisa forzada– perdón que no dije nada, me tomó por sorpresa al igual que ustedes…

–Bueno, ahora que está todo aclarado – comenzó a decir Paulo con una sonrisa– vamos a hacer la debida presentación.

Tomó a Cristian del brazo.

–Bueno, papá, él es Cristian – el muchacho sonrió – y Cristian, él es mi papá. 

Lionel se paró para estrechar la mano del novio de su hijo.

–Un gusto, decime Lio por favor.

–Bueno, yo te voy a tener que presentar también – dijo con nervios y timidez Cristian 

–Bueno, papá, él es Paulo, mi novio. 

Pablo saludó gentilmente al joven aunque en su interior solo tenía ganas de salir corriendo. 

Años sin estar con nadie y cuando por fin había encontrado a la persona indicada, sus hijos estaban saliendo. Tenía que ser una broma. 

–Bueno – comenzó a hablar Cristian – ¿Dónde están los enanos? Quiero conocer al famoso Julián.

–En la habitación de Juli, vayan a verlos, se van a poner contentos…– dijo Lionel.

Paulo se llevó a Cristian en un segundo. Se pudieron escuchar los gritos de felicidad de los niños cuando sus hermanos entraron a la habitación.

Pablo se sentó en el sillón y se quedó observando a Lionel quien estaba con los ojos cerrados, agarrándose el entrecejo. 

–¿Por qué mentiste? – le preguntó serio a Pablo. 

–No les mentí…evité contarles ciertas cosas – dijo en un tono penoso– perdón, no sé que hacer, todo esto es muy raro y no sé cómo se lo puedan llegar a tomar ellos…

corazón frágil (Scaloni x Aimar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora