Parte uno.
Año 2014.
Alejandro estaba al frente de su nuevo trabajo. Los edificios de color gris le causaban daño anímico.
Cerró los ojos y suspiró. Era nuevo en la ciudad. Hacía relativamente poco había cortado con su novio de toda la adolescencia y comienzo de la adultez.
En un momento de crisis existencial huyó de Buenos Aires para buscar una vida más tranquila en otra provincia, en una ciudad pequeña. Sólo tenía veinticinco años y muchas ganas de reinventarse.
"Año nuevo, vida nueva" pensó.
El calor de enero rajaba la tierra. Alejandro se apresuró a entrar, no quería estar todo transpirando en su primer día.
Cuando entró lo golpeó el frío del aire acondicionado; tenía que trabajar pero al menos tenía el privilegio de estar fresco.
Tomó el ascensor y subió al piso que le habían indicado.
Se encontró con varias oficinas individuales y cubículos.
Nervioso y con el celular en la mano intentó encontrar el departamento de contabilidad.
En el mensaje, una de las personas de recursos humanos le había indicado cuál era su sector de trabajo.
Alejandro se molestó de que nadie lo recibiera para darle algún tipo de indicación o ayuda.
Estaba perdido y con la vista nublada, tanto así que no vio al chico alto que venía frente a él con un café en la mano. El otro tampoco lo vió.
Choque instantáneo.
Alejandro quedó sorprendido durante unos segundos pero ileso. La otra persona no podía decir lo mismo. El choque había culminado con su camisa manchada de café.
–¡La puta madre! – exclamó enojado – ¡Mi camisa nueva!
–Disculpame, no te vi – se apresuró a decir Alejandro – en serio, perdón.
El más alto lo miró con bronca y luego volvió su mirada a su camisa.
–¿Quién carajo sos? – le preguntó frotando la camisa, sin ningún tipo de cambio en la tela manchada.
–Soy nuevo – le dijo el más bajó – Alejandro – se presentó y estiró la mano.
– Nicolás – lo miró de arriba a abajo – y ni pienses que te voy a saludar, enano – parecía furioso – me acabas de quemar y encima me arruinaste la camisa.
Nicolás negó con la cabeza y se fue derecho al baño para rescatar la prenda o por lo menos intentarlo.
"Excelente comienzo" pensó Alejandro.
Retomó su búsqueda pero manteniéndose alerta, ganarse el odio de un compañero ya era más que suficiente para su primer día.
Cuando por fin encontró su sector, se intentó calmar.
Tocó la puerta de la oficina con las manos transpiradas, estaba nervioso.
–Hola, permiso – dijo apenas entró.
–Hola, pasa, pasa, sin miedo – dijo sonriente el hombre que estaba sentado en uno de los escritorios.
–Soy el nuevo – fue todo lo que atinó a decir.
–Si, ¿Alejandro? ¿No?
Asintió.
El hombre le explicó brevemente cómo eran las cosas allí, lo aconsejó y le dio la seguridad de que si necesitaba algo no dudará en pedírselo.
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corazón frágil (Scaloni x Aimar)
FanfictionLionel es padre soltero luego de quedar viudo. Vive solo con su pequeño hijo Julian de cuatro años. Un día, Lionel lleva a Julián al jardín de infantes y se encuentra con que la maestra del niño no estaba más, en su lugar, un joven hombre llamado P...