Pablo se encerró en el baño. Estaba usando el flash de su teléfono para iluminar el cuarto.
Se sentó en el inodoro y se llevó las manos a la cabeza.
El vino le estaba pasando factura, se sentía mareado y la situación no lo estaba ayudando a recomponerse.
Tres golpecitos en la puerta sonaron.
– Pablo, ¿Estás bien? – preguntó Lionel preocupado.
– Si, si, ya salgo.
Dejó el teléfono sobre una de las repisas para poder verse en el espejo. Tenía los rulos un poco despeinados. Se lavó la cara, se calmó y salió.
– Los chicos ya están listos para dormir – le dijo Lionel que estaba recargado sobre la pared del pasillo con los brazos cruzados.
Pablo pegó un pequeño salto.
– Dios, me asustaste, hace un poco ruido la próxima – se llevó una mano al pecho.
Lionel se rió.
– ¿Dónde están los chicos? – preguntó Pablo mientras se acariciaba los brazos. Adentro la calefacción era buena pero él era friolento.
– En la pieza de Juli, le está mostrando a Enzo sus pijamas de Spiderman, le va a presentar uno – Lionel lo miraba fijamente.
Los ojos de Pablo se apreciaban de otra manera con la tenue luz de las velas.
– ¿Tenés frío? – le preguntó. A esas alturas de la noche, la voz de Lionel estaba algo ronca.
– Un poco pero estoy bien – le contestó Pablo mirándolo de reojo.
– Papá – lo llamó Enzo desde la habitación de Julián – mirá.
Tanto Pablo cómo Lionel entraron.
– Soy Venom – le dijo Enzo luciendo el pijama de una pieza. El niño desfilaba de una punta a la otra.
– ¿El malo? – preguntó Pablo, realmente no sabía demasiado respecto a los superhéroes.
Julián se desesperó por contestar la pregunta. Les explicó con detalle la historia de Venom.
– ¿Cómo lo haces? – le preguntó Pablo por lo bajo a Lionel para no interrumpir al niño.
– ¿Qué cosa? – le contestó confundido.
– Para que sea así de bueno y tranquilo – señaló a Enzo que escuchaba con atención la explicación de Julián – este es el mismísimo demonio de Tasmania.
Lionel se rió con las palabras de Pablo, el vino lo había puesto en un estado de sinceridad.
– Yo no hago nada, él ya es así – le comentó – supongo que cada uno elije su personalidad y la va forjando en el camino de la vida. Solamente me preocupa que con ese carácter tan bueno le hagan daño o lo lastimen…
– Quédate tranquilo que consiguió un guardaespaldas de primera.
Ambos sonrieron con la imagen mental de Enzo siendo el guardaespaldas de Julián.
Pablo bostezó y miró la hora en su celular; casi era la una de la madrugada.
Lionel se percató de aquello así que se apresuró para acostar a dormir a los pequeños.
– Bueno – dijo acomodando la cama de Julián para que ambos pudieran acostarse – vengan que los tapo.
Los infantes hicieron caso y se metieron debajo de las mantas.
ESTÁS LEYENDO
corazón frágil (Scaloni x Aimar)
FanfictionLionel es padre soltero luego de quedar viudo. Vive solo con su pequeño hijo Julian de cuatro años. Un día, Lionel lleva a Julián al jardín de infantes y se encuentra con que la maestra del niño no estaba más, en su lugar, un joven hombre llamado P...