Capitulo 6

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Pablo se encerró en el baño. Estaba usando el flash de su teléfono para iluminar el cuarto. 

Se sentó en el inodoro y se llevó las manos a la cabeza.

El vino le estaba pasando factura, se sentía mareado y la situación no lo estaba ayudando a recomponerse. 

Tres golpecitos en la puerta sonaron. 

– Pablo, ¿Estás bien? – preguntó Lionel preocupado. 

– Si, si, ya salgo.

Dejó el teléfono sobre una de las repisas para poder verse en el espejo. Tenía los rulos un poco despeinados. Se lavó la cara, se calmó y salió. 

– Los chicos ya están listos para dormir – le dijo Lionel que estaba recargado sobre la pared del pasillo con los brazos cruzados. 

Pablo pegó un pequeño salto. 

– Dios, me asustaste, hace un poco ruido la próxima – se llevó una mano al pecho. 

Lionel se rió.

– ¿Dónde están los chicos? – preguntó Pablo mientras se acariciaba los brazos. Adentro la calefacción era buena pero él era friolento. 

– En la pieza de Juli, le está mostrando a Enzo sus pijamas de Spiderman, le va a presentar uno – Lionel lo miraba fijamente. 

Los ojos de Pablo se apreciaban de otra manera con la tenue luz de las velas.

– ¿Tenés frío? – le preguntó. A esas alturas de la noche, la voz de Lionel estaba algo ronca. 

– Un poco pero estoy bien – le contestó Pablo mirándolo de reojo. 

– Papá – lo llamó Enzo desde la habitación de Julián – mirá.

Tanto Pablo cómo Lionel entraron. 

– Soy Venom – le dijo Enzo luciendo el pijama de una pieza. El niño desfilaba de una punta a la otra.

– ¿El malo? – preguntó Pablo, realmente no sabía demasiado respecto a los superhéroes. 

Julián se desesperó por contestar la pregunta. Les explicó con detalle la historia de Venom.

– ¿Cómo lo haces? – le preguntó Pablo por lo bajo a Lionel para no interrumpir al niño. 

– ¿Qué cosa? – le contestó confundido. 

– Para que sea así de bueno y tranquilo – señaló a Enzo que escuchaba con atención la explicación de Julián – este es el mismísimo demonio de Tasmania. 

Lionel se rió con las palabras de Pablo, el vino lo había puesto en un estado de sinceridad. 

– Yo no hago nada, él ya es así – le comentó – supongo que cada uno elije su personalidad y la va forjando en el camino de la vida. Solamente me preocupa que con ese carácter tan bueno le hagan daño o lo lastimen…

– Quédate tranquilo que consiguió un guardaespaldas de primera.

Ambos sonrieron con la imagen mental de Enzo siendo el guardaespaldas de Julián. 

Pablo bostezó y miró la hora en su celular; casi era la una de la madrugada. 

Lionel se percató de aquello así que se apresuró para acostar a dormir a los pequeños. 

– Bueno – dijo acomodando la cama de Julián para que ambos pudieran acostarse – vengan que los tapo.

Los infantes hicieron caso y se metieron debajo de las mantas.

corazón frágil (Scaloni x Aimar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora