Lionel salió de la habitación con una sonrisa en el rostro.
Si por él era, podían adoptar un gato y vivir juntos con sus niños desde ese mismo momento.
En su cabeza estaba grabada la imagen de Pablo con los ojos cansados, el pelo alborotado y los labios hinchados.
"¿Cómo puede ser tan hermoso?" Pensó al mismo tiempo que suspiraba.
Aprovecho que Julián y Enzo dormían para darse una ducha rápida y cambiarse.
Pablo, por su parte, seguía en la habitación, envuelto en las sábanas, deseando estar sobre el pecho de Lionel nuevamente.
Lionel, una vez que terminó de bañarse, fue a la cocina a preparar el desayuno.
Tostadas con café para él y Pablo y chocolatada con panqueques para los pequeños.
Estaba tranquilo, relajado y felíz. Una hermosa mañana de invierno, con un sol brillante luego de la tormenta.
Se sorprendió cuando tocaron a la puerta. ¿Quién podía ser a esas horas de la mañana? Apenas eran las nueve.
– !Buen día pimpollo¡ – gritó Alejandro entrando casi sin permiso a la casa.
Alejandro tenía puesto unos lentes de sol y traía consigo un paquete de facturas. Nicolás estaba exactamente igual pero también llevaba una gorra al revés.
– ¿Qué hacen ustedes acá? – les preguntó Lionel con una cara que era más de disgusto que otra cosa.
– Eeeh, viejo, ni un hola – se quejó Nicolás que ya se había sentado en la mesa de la cocina – que jodido que sos.
Lionel no lo podía creer, su precioso y tranquilo sábado estaba arruinado.
– Bueno, vamos poniendo el agua para los mates – dijo Alejandro corriendo a Lionel hacia un costado.
– ¿Qué hace de lentes de sol acá adentro? Ridículos – Lionel se sentó en la mesa y abrió uno de los paquetes con facturas.
– Mira, si nos sacamos los lentes de sol te vas a enojar más, así que elijamos el camino de la paz – le contestó Nicolás mientras se atragantaba con las facturas.
Alejandro largó una carcajada.
Lionel dejó caer su frente contra la mesa. ¿Acaso había matado a alguien en su vida pasada y este era el karma a pagar?
Se levantó de golpe cuando escuchó a Pablo hablar.
– ¿H-hola? – dijo un poco tímido.
Lionel creía que iba a morir allí mismo, su ropa le quedaba enorme a Pablo. Parecía aún más diminuto.
– Aaaaaah bueno, así te quería agarrar – le dijo Nicolás con una sonrisa burlona en la cara – ¿ Dónde lo tenías escondido a este lindo?
¡Zas! Un golpe en la nuca por parte de Alejandro.
–¿Este que? – le preguntó amenazante – no te hagas el vivo.
– No dije nada, no dije nada – le contestó Nicolás levantando las manos.
– Eso, seguí comiendo calladito – le dijo Lionel.
Pablo estaba parado, quieto, con cara de circunstancia, no entendía nada.
– Hola, que tal, Alejandro pero si gustas me podés decir Beckham– le dijo el más bajito -- y el impresentable de acá -- señaló al hombre que estaba a su lado -- es Nicolás.
– Pablo, un gusto – contestó mientras se acercaba a la mesa. "¿Beckham?" Pensó. Esa gente era un poco extraña.
Lionel estaba contemplando rascarse la yugular con el primer cuchillo que encontrará.
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corazón frágil (Scaloni x Aimar)
FanfictionLionel es padre soltero luego de quedar viudo. Vive solo con su pequeño hijo Julian de cuatro años. Un día, Lionel lleva a Julián al jardín de infantes y se encuentra con que la maestra del niño no estaba más, en su lugar, un joven hombre llamado P...