Capítulo 16

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*Su humilde escritora les recomienda escuchar este temon mientras leen el cap, por lo menos la primera parte*

https://youtu.be/VSWSnIcnoH4

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Pablo estaba tumbado en su cama, escuchando una playlist de música triste; canciones de desamor eran el tema principal.

No podía dejar de darle vueltas a las palabras de su hijo mayor. 

No estaba exagerando sus sentimientos; quería a Lionel con todo su corazón. 

Se tiró del pelo, ofuscado. No quería…no podía parar sus afectos hacia Lionel. 

Su mente recorrió todo lo vivido en el último mes; tardes de juegos con los nenes, escuchar buena música tirados en el sillón, cenas con vino y siestas rodeado por los fuertes brazos de Lionel.

Clavó la vista en el techo y suspiró. 

Pablo sentía lo injusta que era la vida con él; sus parejas siempre lo dejaban; continuamente, uno tras otro, lo exiliaron de sus vidas. 

Percibió una presión en el pecho cuando la canción “Seguir viviendo sin tu amor” sonó por el parlante de su celular. 

Estaba como paralizado, en su cama. 

Al tiempo que la melodía invadía su mente, comenzó a llover. 

“Y si acaso no brillara el sol

Y quedara yo atrapado aquí

No vería la razón

De seguir viviendo sin tu amor”

Pablo se llevó un mano al pecho; pareció que escuchaba la letra de la canción por primera vez…las palabras al fin tenía sentido. 

Se incorporó de golpe, se puso un abrigo, zapatillas y salió corriendo de su casa. 

No tenía otra opción; Cristian se había llevado su auto. 

Corrió más de veinte cuadras sin parar. Su cuerpo sentía todo el doble de lo normal. 

La lluvia le golpeaba la cara y las piernas le quemaban; nada le importaba en ese momento, tenía que ir a casa de Lionel. 

Estaba casi sin aliento cuando llegó; se tomó unos pocos segundos y golpeó la puerta. 

– ¿Puedo entrar? – preguntó con temblor en su voz. 

Estaba muerto de frío; salió solo con un abrigo en pleno invierno y con lluvia. 

Lionel asintió y corrió a un lado para darle espacio a Pablo. 

Su abrigó chorreaba agua mientras que su cuerpo temblaba. 

–¿Viniste caminando desde tu casa? – Lionel no podía quitarle los ojos de encima. 

– No – negó Pablo quitándose el abrigo – corriendo.

El pecho le subía y bajaba con fuerza; estaba exhausto. 

Lionel tomó su abrigo. 

–Cambiate…te vas a enfermar– le pidió Lionel preocupado– ya sabes donde está la ropa...

–No, necesito que hablemos ahora – Pablo le agarró la mano – en este mismo instante – continuaba agitado. 

–Pablo…– Lionel le quitó la mano – primero ponete algo seco – le corrió un mechón de la frente – y después hablamos…

Los sentimientos de ambos estaban a flor de piel. 

Pablo tenía la cabeza y el corazón a mil por hora. Sus miradas, profundas, los delataban. 

corazón frágil (Scaloni x Aimar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora