Dos meses antes.
— Un poco más juntos... — Lionel hacía señas con la mano libre — uno, dos, tres... — tomó una foto.
Paulo posaba junto a Enzo y Julián. Ambos niños lucían sonrientes mientras sostenían sus diplomas del jardín de infantes.
Había infantes y padres por todos lados. Música, gritos y maestras jardineras estresadas con la organización.
Paulo se sacó dos fotos más con los niños; una haciendo muecas y otra más presentable para el resto de la familia.
El de ojos claros estaba fingiendo que la existencia de Cristian no era ni una realidad, ni un problema. Tanto el hermano mayor de Enzo como su madre estaban allí. Paulo seguía de cerca al morocho con el rabillo del ojo. Su presencia emanaba una energía tan pesada que le producía ganas de vomitar.
Cristian buscaba a Paulo con la mirada todo el tiempo e intentaba estar próximo a él pero el de ojos claros no quería saber nada; mientras más lejos lo tuviera, mejor.
Sintió un leve mareo al ver que Cristian poco a poco se estaba aproximando a él. Entró en pánico, lo quería lejos. Mientras su padre charlaba con Nicolás y Alejandro aprovechó para escabullirse.
Caminó hasta el final de uno de los pasillos mientras esquivaba a los infantes que corrían y se trepaban hasta por las paredes. Se sentía en una película de terror; huía de asesino mientras el camino estaba lleno de obstáculos
Entró rápidamente a uno de los salones vacíos, rezando por haber salido del campo visual de Cristian. En cuanto puso un pie dentro de la habitación, el olor a plastilina fresca le invadió las fosas nasales.
Recorrió el salón con una sonrisa en el rostro. Todo se veía diminuto; las mesas; las sillas; los juguetes...
Miró en dirección a la puerta: estaba solo y nadie lo estaba observando.
"Bueno, es ahora o nunca" Pensó con la sonrisa intacta.
No lo pensó dos veces. Se metió dentro de la casita de juguete que estaba oculta por un biombo (el cual estaba repleto de dibujos de colores).
Sacó su celular y se tomó una foto. Se la quería enviar a Leandro.
Estaba dispuesto a salir pero el chirrido de la puerta al abrirse lo detuvo. Por algún motivo se quedó escondido, como si tuviera motivos para hacerlo. Incluso dejó de respirar; no quería emitir sonido.
A medida que los pasos se aproximaban, lo supo. Ese perfume lo conocía de memoria. Cerró los ojos con fuerza. No quería ser descubierto.
— ¡BUU! — Cristian corrió de golpe la cortina de la casa de juguete — ¡Te encontré! — el cordobés lucía su sonrisa perfecta... la sonrisa que había enamorado a Paulo.
— Te felicito, te recibiste de acosador... otra vez — Paulo lo miró de reojo, se negaba a mirarlo a los ojos.
Cristian sonrió de lado y largó un pequeño suspiro. Se metió casi a la fuerza dentro de la casita. Estaban con las piernas pegadas debido al espacio reducido.
— ¿Todavía me odias? — buscó la mirada de Paulo.
— ¿Y a vos qué te parece? — Paulo intentaba encogerse para no rozarlo. Se negaba a mirarlo, estaba disgustado.
— A mi me parece que todavía te gusto — contestó con la sonrisa intacta.
— ¿¡Qué decís!? — Paulo giró de golpe la cabeza y lo observó con el ceño fruncido — ¿Sos medio me fantasioso vos, no?
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corazón frágil (Scaloni x Aimar)
FanfictionLionel es padre soltero luego de quedar viudo. Vive solo con su pequeño hijo Julian de cuatro años. Un día, Lionel lleva a Julián al jardín de infantes y se encuentra con que la maestra del niño no estaba más, en su lugar, un joven hombre llamado P...